Afirman que el “berrinche” es un trastorno mental

En el DSM, un manual de psiquiatría de los más prestigiosos, se publicará el próximo mes de mayo que los berrinches forman parte del “trastorno de desregulación disruptiva del humor”. La hipótesis abrió la polémica y despertó quejas entre quienes creen que no debe ser considerado un trastorno.

En su nueva edición, el manual de psiquiatría más usado en el mundo plantea que los berrinches infantiles son trastornos mentales. La decisión generó una polémica. Algunos especialistas creen que se así generarán mejores tratamientos, mientras que otros piensan que medicar a los niños no es una buena idea.
De este modo, los berrinches son ahora considerados como parte del “trastorno de desregulación disruptiva del humor”, según la nueva edición del emblemático manual de la Asociación Americana de Psiquiatría de los Estados Unidos. Esto significa que los berrinches repetidos son catalogados como “desórdenes” mentales.
El manual, que ya lleva cinco ediciones y es conocido mundialmente como DSM, es considerado por algunos como la “Biblia” de la psiquiatría en el mundo occidental y se utiliza para autorizar tratamientos de obras sociales, prepagas y como fundamento en casos judiciales. Su quinta edición fue aprobada el lunes, después de muchas discusiones sobre este cambio que pone en cuestión la delgada línea que separa lo normal de un problema patológico.
“Nuestro trabajo apuntó a definir de manera más exacta las enfermedades mentales que tienen un verdadero impacto en la vida de los enfermos, pero no a ampliar el campo de la psiquiatría”, opinó David Kupfer, quien presidió el grupo de trabajo para la revisión.
Uno de los cambios tiene que ver con la inclusión del trastorno de los berrinches repetidos, que contempla a los casos de chicos que exhiben irritabilidad persistente y tienen “episodios frecuentes de ataque de llanto tres días o más veces por semana durante más de un año”. “El diagnóstico intenta tratar preocupaciones sobre la posibilidad de sobrediagnóstico y sobretratamiento de desorden bipolar en chicos”, aclaró la asociación a través de un comunicado.
Sobre las consecuencias que tendría la inclusión del berrinche como desorden mental, Beatriz Moyano, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad y directora del Centro Interdisciplinario de TOC, Tourette y Trastornos Asociados, indicó en Clarín que “permitirá tratar mejor los casos de chicos que tienen pataletas explosivas y frecuentes que eran diagnosticados erróneamente como bipolares. Es un trastorno que genera dificultades en la relación de los chicos con sus pares y sus familiares, y al figurar en el manual puede ser cubierto por las obras sociales y prepagas. No son simples caprichos. En algunos casos, se resuelven con psicoterapias conductuales y técnicas de relajación; en otros casos, más serios, se necesita medicación”.
En otro sentido, José Sahovaler, psiquiatra y psicoanalista especializado en niños y adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), indicó que “el manual empezó como una convención de trastornos de adultos y fue avanzando hacia la infancia, basándose más en criterios farmacológicos. La última versión es un ataque a los derechos de los chicos, que empezaron recién a ser reconocidos durante el siglo pasado. Si los nenes y nenas tienen berrinches y son rotulados con un trastorno, se pierde la pregunta sobre qué les está pasando verdaderamente”.
Por su parte, el médico psicoanalista Gustavo Duspuy, que forma parte de un equipo de lucha contra la patologización y medicalización de la infancia (www.forumadd.com.ar), opinó que “los berrinches son descargas de los chicos. No deberían ser considerados trastornos porque se pasa a considerar a los chicos como máquinas que necesitan repuestos, y eso lleva a medicarlos. El nuevo manual es funcional a los intereses lucrativos de los laboratorios farmacéuticos”.