“En agosto me han robado 30 veces, fácil”

Elena tiene un comercio frente al ingreso de la Terminal Ferroautomotora, por la calle San Juan. Esta mañana en la 99.9, relató los hechos escalofriantes que vivió durante los reiterados robos a su local.

“En el último, la semana pasada, nos manosearon a mí y a una clienta. Cuando salí a perseguirlos me paró otro, me puso un revólver en la frente y me dijo ‘volvé a tu negocio o te vuelo la cabeza’”.
Los relatos sobre la inseguridad en Mar del Plata suelen tener un tono morboso muy extraño. Esta mañana en la 99.9, Elena, comerciante de la zona de la nueva Terminal Ferroautomotora, contó lo que le sucedió la semana pasada cuando fue asaltada a plena luz del día y ni siquiera la policía quiso ayudarla.
Su negocio, ubicado por la calle San Juan frente al ingreso de la Estación, ha sufrido una innumerable cantidad de robos; algunos muy violentos. “Esto es tierra de nadie. Frente a la Terminal, nadie se hace cargo de nada. En agosto, me han robado 30 veces, fácil, sin horarios ni nada. La policía no hace nada, ni  la Primera, ni la Cuarta ni el destacamento de la Terminal; dicen que no se pueden cruzar porque no les pertenece”, afirmó.
También destacó que “en San Juan, desde Luro hasta 9 de Julio no tenemos policías, tenemos los chicos del boliche La Cumbre que dos por tres se están agarrando a tiros. Pusieron hace un mes las cámaras en la esquina que decían que abarcaba todo, pero no andan. Tengo más miedo que bronca, el último robo fue muy feo. Agarraron a una clienta y la manosearon toda, a mí también; nos encierran en el baño, nos golpean. Reclamo seguridad; no molestamos a nadie. Tengo una parada de taxis frente a mi puerta y nadie se mete”.
El último asalto fue la gota que colmó el vaso, sobre todo por lo que sucedió después. “Los que entraron fueron dos; había otros dos en la mano de enfrente. Cuando salgo corriendo para gritar que me ayuden, los corrí hasta 25 de mayo y vi que se metían a la torre; ahí me manoteó otro con un arma, me apuntó a la cabeza y me dijo ‘volvete al negocio o te vuelo la cabeza’. Llamamos a la policía, porque la chica que fue manoseada es mujer de un policía, y no hicieron nada”, contó Elena. Luego abundó: “una señora que estaba entrando al negocio, se puso al costado y llamó 7 veces al 911, le pidieron los datos y no pasó nada. Después llamó la mujer del policía explicándoles y tampoco le mandaron el móvil. Por último, llamé yo y me pasó lo mismo, no mandaron a nadie”.
Elena recordó otro asalto que sufrió hace un mes: “entró a robarme uno con otro en la esquina; se dieron a la fuga porque me robaron 58.000 pesos. Ahí los siguen dos muchachos que son hijos de policías, les pedí que no peleen y cuando termino de decírselo, el ladrón le clavó la cuchilla en la pierna al chico”. A pesar de sus pedidos, nadie responde: “le pedí por favor a tres patrulleros que llamen a la ambulancia para el chico malherido y todos me dijeron que no podían hacer nada. Ahora tengo conflicto con el jefe de la Terminal porque saben que estoy enojada y no me voy a quedar tranquila”.
Así lo hizo. Se movilizó hasta la Municipalidad y los medios, desesperada por encontrar una respuesta: “vino gente de Canal 8 después de llamarlos muchas veces, les expliqué la situación y el muchacho me dijo que iba a cruzarse para ver si podía hacer la nota, pero no volvió más. Por San Juan, de Luro a Colón hay un patrullero o un policía por cuadra, pero cruzando Luro no hay nadie”.
El colmo de todas las situaciones tuvo que vivirlo, paradójicamente, dentro de una comisaría: “la quinta vez que me entraron a robar, reaccioné. Fuimos detenidas con la mujer que me robó porque la agarré en la esquina y la molí a palos. Nos detuvieron a las dos; la mujer, como entró conmigo, salió. Yo tuve que pagar coimas para salir de la Primera porque si no me agarraba todo el fin de semana en la cárcel. Tuve que pagar 1.000 pesos para que me dejen salir”.
Un testimonio escalofriante que hace pensar seriamente en la connivencia de la policía y los delincuentes en la zona de la Nueva Terminal Ferroautomotora.