“Es un instrumento más para el autismo”

El Licenciado Daniel Orlievsky encabeza un grupo de trabajo que ha logrado importantes resultados en la evolución de pacientes autistas, a través de la escritura. “Hay un instrumento que es eficaz en una cantidad de pacientes, le cambia la perspectiva a la familia y es importante que tengan acceso para conocerlo”, resaltó esta mañana en la 99.9.

Daniel OrlievskyEl autismo sigue siendo, para algunos, un callejón sin salida. A pesar de que se intentan cientos de métodos para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen, generalmente los ensayos termina sin éxito. En este caso, un nuevo abordaje ha conseguido resultados positivos en muchos paciencias.
El Licenciado Daniel Orlievsky articula este nuevo método, y esta mañana a través de la 99.9 explicó de qué se trata: “trabajamos la instrumentación clínica de la escritura en pacientes diagnosticados dentro de lo que uno conoce como el ‘espectro autista’. Sobre todo en aquellos que no hablan o en quienes hablan en eco, dentro de un lenguaje restringido y sin siquiera lenguaje de señas. Por lo general, también tienen trastornos de conducta”. Sobre la labor específica que realizan, agregó que “el programa, desde el abordaje clínico, hace que los pacientes puedan aprender a escribir; y una vez que lo hacen, empiezan a desarrollar su lenguaje. Algunos llegan a hacerlo funcional y otros no tanto. En muchos de esos casos comenzaron a hablar después de escribir. Invertimos el orden que se da por natural, que primero se habla y después se escribe”.
Hablando sobre la enfermedad, se refirió al momento en el que generalmente se manifiesta: “por lo general, el diagnóstico se empieza a generar a los 2 años, cuando el niño comienza a hablar habitualmente y aparecen una serie de síntomas que llaman la atención a los padres y los pediatras, y se hacen las primeras consultas. Hay niños que tienen un desarrollo normal pero a los 2 años empiezan a perder las habilidades adquiridas, ahí también se empieza a consultar”.
En ese momento, el pediatra es el primero que se encuentra con el paciente y allí empiezan los trabajos interdisciplinarios. “Normalmente, el pediatra deriva al neurólogo para hacer un diagnóstico más preciso. Ahí empiezan los tratamientos y nosotros intervenimos cuando no se ha logrado un progreso con todas las instancias anteriores. Trabajamos con los casos más complejos, pero los tratamientos anteriores sirven”, especificó Orlievsky.
El valor que le han dado a la escritura ha sido fundamental en el proceso de aprendizaje para los niños con autismo: “proponemos que la conducta tiene un valor semiótico: una vez que hay significación y significantes verbales, hay modificaciones en la estructuración cerebral. No tenemos dudas de que produce cambios en el cerebro, porque lo vemos. Hemos tenido casos de pacientes que tenían conductas muy extrañas y aprendiendo a comunicarse, las han cambiado”.
Para aquellos que quieran contactarlo, Orlievsky explicó que “trabajamos en el Hospital Tobar García y en el Italiano. Tenemos en funcionamiento un programa de extensión en la Facultad de Psicología, cuyo objetivo es formar recursos humanos e instituciones para atender una demanda que irá en crecimiento con el correr del tiempo”. Por último, aclaró que este abordaje “es una herramienta más, no es que venimos a decir que encontramos la cura absoluta al autismo. Hay un instrumento que es eficaz en una cantidad de pacientes, le cambia la perspectiva a la familia y es importante que tengan acceso a conocerlo”.