“Está bien democratizar, pero sin llevarse la República por delante”

El senador Mario Cimadevilla dialogó esta mañana con la 99.9. Refiriéndose al Gobierno nacional, fue muy crítico en cuanto a la pretensión de democratizar la Justicia. Además, agregó que con la reforma al Consejo de la Magistratura “se ha roto el equilibro que la Constitución Nacional exige entre los distintos estamentos”.

Mario CimadevillaEn medio de la discusión por la llamada “democratización de la Justicia”, el Consejo de la Magistratura está en plena discusión. Entre los temas de análisis, destaca la  posibilidad desestimar un procesamiento contra el ex juez Carlos Rozanski.
Refiriéndose a esta cuestión, habló esta mañana en la 99.9 el senador Mario Cimadevilla, representante de la Unión Cívica Radical. Destacó que “está en juicio por mal desempeño. No sólo tiene un desorden administrativo espectacular en el juzgado, sino que además tiene más de 500 causas prescriptas, lo que demuestra un poco la inactividad de este juez que se dedicó a ser una estrella en juicios de lesa humanidad. Ha descuidado el común de las causas”.
Una de las propuestas fue proseguir con este tema hasta que finalmente se pueda enjuiciar a Rozanski, teniendo en cuenta que en la investigación se pudieron comprobar hasta torturas psicológicas para con los trabajadores del Tribunal: “hay testimonios desgarradores de los empleados. He participado de muchas audiencias y algunos se quebraban y lloraban por el acoso que tenían en sus condiciones laborales. Los Derechos Humanos son conceptos muy amplios que incluyen el acoso diario regular en su trabajo”.
En cuanto a los cambios que sufrió el Consejo de la Magistratura, y que han dejado muchos problemas para la transparencia de la Justicia, el Senador opinó: “después de la reforma que promovió el actual Presidente en la constitución del cuerpo, se ha roto el equilibro que la Constitución Nacional exige entre los distintos estamentos, ya que no se fijó el número y los integrantes del Consejo de la Magistratura en el texto constitucional. Esto queda librado entonces a una ley del Congreso, sujeto a las mayorías circunstanciales. Cuando el consejo tenía 20 miembros, el oficialismo tenía 5. En la reforma que impulsó Cristina Fernández, baja el número de miembros de 20 a 13”.
Una de las principales defensoras de la democratización es la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Garbó, sobre quien el senador tuvo palabras muy duras: “vive delinquiendo. Ha eliminado los concursos para el ascenso y designación de fiscales, nombra por resoluciones; a los secretarios los nombra como fiscales”. Estableciendo un paralelismo, remarcó la tarea que los Kirchner hicieron en Santa Cruz como reflejo de lo que intentan hacer ahora: “ellos tienen una concepción del poder que se puso de manifiesto en sus años de gobierno en Santa Cruz, donde removían funcionarios por decreto cuando no les gustaban”.
Si bien estuvo de acuerdo con el concepto de “democratizar”, el legislador estableció algunos límites lógicos para mantener la independencia de poderes: “a todos nos gusta democratizar, pero no se puede llevar por delante la República. Lo que hacemos es erosionar las bases de uno de los poderes de la República. Cuando los otros poderes cometen abusos, uno tiene que tener una justicia independiente para que funcione. Si no, es cómplice la Justicia; y ahí desaparece la Justicia”.
Los organismos están bien diagramados. Pero el problema, para Cimadevilla, pasa por la forma de manejarlos: “una Secretaría de Comercio hace falta, pero después vamos y ponemos a Moreno y las cosas pasan como pasan. El Consejo de la Magistratura es un organismo bien pensado para seleccionar jueces, pero si lo hacemos funcionar así, no sirve”.