Irlanda: victoria del “sí” en el referéndum sobre el aborto con 66,4% de los votos

El “sí” obtenía una clara victoria en los primeros resultados oficiales anunciados hoy tras el histórico referéndum realizado ayer en Irlanda sobre la liberalización del aborto.

El referéndum arrojó un 66% de votos afirmativos, según los resultados finales divulgados el sábado.
La mayoría de los 2,1 millones de irlandeses que votaron se mostraron partidarios de derogar la octava enmienda de la Constitución irlandesa que prohibía la interrupción voluntaria del embarazo, una decisión histórica en un país con fuertes raíces católicas.
El apoyo al “sí” fue del 77% en Dublín central, 69% en Cork Sur-central, 64% en Cork-norcentral y 60% en Galway este.
Previamente el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo hoy que el sí, ampliamente en cabeza del referéndum sobre la liberalización del aborto en Irlanda, constituía “la culminación de una revolución tranquila”.
“El pueblo ha dicho que queremos una Constitución moderna para un país moderno, que confiamos y respetamos a las mujeres para tomar las decisiones correctas sobre su propia salud”, añadió.
El recuento de votos empezó a las 09H00 locales (4 am) en los 26 colegios electorales de la pequeña república donde la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo es actualmente una de las más restrictivas de Europa, junto con Irlanda del Norte y Malta.
Los resultados definitivos se darán a conocer por la tarde en el castillo de Dublín, tres años después de la legalización, también mediante un referéndum, del matrimonio homosexual, que ya provocó un sismo cultural en este país de 4,7 millones de habitantes.
Varadkar ha prometido redactar un proyecto de ley de aquí al verano, para su aprobación antes de fin de año por el Parlamento, donde el texto debería ser adoptado sin dificultad, pues los líderes de los dos principales partidos de la oposición, Fianna Fail y Sinn Fein, apoyan la reforma. El gobierno se reunirá el martes.

El giro

“Hemos salido de la era de la oscuridad. Ya no somos un país apartado, como la Iglesia quería hacernos creer”, dijo Catherine Claffey, una florista de 53 años de Dublín.
“El voto por el ‘sí’ señala un inmenso deseo de cambio que nadie esperaba”, escribió el Irish Times. “La victoria de la campaña por el sí parece no ser ni estrecha ni basarse en solo unos segmentos de la sociedad irlandesa”.
Cora Sherlock, portavoz de la ‘Pro Life Campaign’, mostró su decepción en Twitter. “Si aciertan, las encuestas a pie de urna retratan una situación muy triste”, escribió.
Uno de los principales grupos que hacía campaña contra el aborto, “Save the 8th”, también calificó el resultado como “una tragedia”. “Lo que los votantes irlandeses hicieron ayer (por el viernes) es una tragedia de proporciones históricas. Lo que está mal no se convierte en correcto simplemente porque la mayoría lo apruebe”, señaló la organización en un comunicado.
Casi 3,5 millones de electores fueron llamados a las urnas después de una dura campaña. La movilización del electorado fue uno de los grandes ejes de los activistas anti y proaborto. Los primeros dependían de un empuje de la Irlanda rural, mientras que los segundos animaron a los jóvenes a inscribirse y a votar.
La consulta abordó concretamente la cuestión de la derogación de la octava enmienda de la Constitución irlandesa, introducida en 1983, que prohíbe el aborto en nombre del derecho a la vida “del niño por nacer (…) igual al de la madre”.
En 2013 se introdujo una reforma para que las mujeres cuya vida peligraba por el embarazo pudieran interrumpirlo, tras la muerte por septicemia de una mujer embarazada.
Pero la interrupción voluntaria del embarazo sigue estando prohibida en caso de violación, incesto o malformación del feto, obligando a decenas de miles de mujeres a ir al extranjero para abortar en los últimos treinta años.
El plebiscito tiene lugar a tres meses de una visita a Irlanda del papa Francisco que refleja el declive de la influencia de la Iglesia católica, cuya poderosa tutela se ha debilitado por los cambios económicos y sociales. También paga también el precio de los casos de pedofilia que involucran a sacerdotes.