Las cirugías como un tema de salud pública

Dos cirujanos argentinos plantearon la posibilidad de incluir las cirugías como un tema de salud pública, teniendo en cuenta la inequidad social que existe ante las enfermedades que necesitan intervención. Uno de ellos es Carlos Trotta, quien está a cargo del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Regional de Mar del Plata.


Un editorial publicado en el sitio Intramed plantea a las cirugías como un tema de salud pública, teniendo en cuenta que, por la ausencia de las mismas, mueren o quedan discapacitadas miles de personas.
Se indica que cuando se abordan los temas de la salud pública siempre se piensa en la llegada a los centros de atención, en los determinantes sociales de la salud y la enfermedad o las grandes epidemias, pero nunca figura el acceso a la cirugía.

El Dr. H. Malher, quien presidió la Organización Mundial de la Salud (OMS), planteó en 1980 que “la distribución de los recursos quirúrgicos en los países y en el mundo debe ser analizada detenidamente de la misma manera que cualquier otro bien intelectual, científico, técnico, social o económico”. La OMS considera que solucionar las enfermedades quirúrgicas es tan efectivo como una campaña de vacunación, y agrega que la incidencia de patologías pasibles de cirugía (sea por incidentes de tránsito, por urgencias obstétricas o por conflictos armados, donde más del 90% de las víctimas son civiles) aumentará dramáticamente hacia el 2020 y afectará a la franja etaria que va entre los 15 y los 44 años. Se agrega que será evidente en países menos desarrollados y en los sectores más empobrecidos, donde faltan recursos humanos y físicos, configurando una crisis humanitaria y de salud colectiva.
Los datos utilizados para respaldar esta teoría indican que 2 mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios elementales de cirugía y, 35 millones reciben anestesia sin equipo o personal adecuado. También se destacó que la mortalidad materna se eleva a 350.000 vidas por año y se debe -en la mayor parte de los casos- a complicaciones en el parto por hemorragias o distocias pasibles de tratamiento quirúrgico; es de 1.300 por 100.000 en Ruanda, 12 por 100.000 en el Reino Unido, de 44 por 100.000 en Argentina.
De los procedimientos quirúrgicos que se realizan en el mundo, el 75% se lleva a cabo en el tercio más rico de la población, mientras que sólo el 4 % de estas operaciones tiene lugar en el tercio más pobre y necesitado. Por otro lado, hay una carencia de profesionales (médicos y enfermeras) calculada en 2,4 millones. África tiene el 1% de cirujanos para toda su población, si se lo compara con EE.UU.
El 25 % de los profesionales en el mundo “desarrollado” ha sido drenado de otros países, precisamente aquellos que más necesitan de su trabajo. En Ghana, por citar sólo un caso, el 61% de los 489 médicos graduados entre 1985 y 1994 había emigrado del país en 1997.
El World Journal of Surgery no duda en hablar de la “obscena combinación de cirugía de alta tecnología para los ricos y prácticamente nada para los pobres”. El tratamiento de las enfermedades que requieren cirugía no se encara como un objetivo humanitario prioritario ni entra en los planes de salud pública y atención primaria de la salud.
Con estos datos sobre la mesa, los doctores Carlos Trotta (a cargo del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Regional de Mar del Plata) y Andrés Carot han propuesto la creación de una sección dentro de la Asociación Argentina de Cirugía que se ocupe de esta problemática, para hacer un relevamiento epidemiológico en Argentina sobre el acceso a la cirugía. Pretenden también diseñar una propuesta humanitaria para cubrir necesidades quirúrgicas insatisfechas en el país y estimular y formar colegas para dar respuestas a esas necesidades.
Ante este desafío, eligieron plantear el tema públicamente y encontrar una respuesta, para una problemática global que afecta también a la Argentina.