Patota oficial

Uno sabe que estamos atravesando un período en el que la inseguridad alcanza niveles de asombro, donde la delincuencia se nutre de gente de cualquier edad, cada vez más violenta. Pero que de un Concejo Deliberante salga una patota a amenazar a los ciudadanos de a pie que van a reclamar respuestas, ya nos hace entrar en zona de delirio.

pag.2 aSe puede decir que hasta habíamos entrado en el gravísimo acostumbramiento de ver que algunos sectores de la Policía estaban asociados directa o indirectamente con el delito. Desde aquel viejo adagio –hoy casi inocente- del quinielero o la prostituta que debían pagar un “canon” a la comisaría para poder “trabajar”, pasamos a la habilitación de zonas liberadas o directamente a formar parte de bandas no bien se quitan el uniforme. Esto es casi folklórico y todavía nadie lo ha resuelto a fondo, ni siquiera los mismos heroicos policías -que los hay y muchos- que ponen el cuerpo en un sistema que no les hace fácil las cosas.

Ahora, que en circunstancias de hacer el reclamo legítimo a las autoridades democráticamente elegidas pidiendo mayor protección, se termine teniendo que huir precipitadamente porque un grupo de patoteros “oficiales” amenaza a los vecinos, ya se hace hasta difícil de explicar. Por eso, mejor que lo haga Silvio Ovettini, del Partido de la Costa, que lo vivió en carne propia.

 El secretario de Seguridad del Partido de la Costa tiene dos causas abiertas por venta de drogas…”

Silvio Ovettini

Noticias & Protagonistas: Usted es una de las voces que reclamaron por la inseguridad. Ahora, ¿puede explicarnos la experiencia vivida en el Partido de la Costa que tiene ribetes insólitos?

Silvio Ovettini: Nosotros formamos un grupo que se llama Provincia Insegura. Nos autoconvocamos en distintos lugares de la Provincia, varios distritos. Nos dimos cuenta de que no tenemos representantes en los Concejos Deliberantes que escuchen nuestra voz. El lunes presentamos en el Partido de la Costa un pedido de informes de 25 puntos que tienen que ver con la seguridad; en algunos casos son delitos de corrupción, en otros directamente afectan la seguridad. Quedaron en el Concejo, en manos del ingeniero Ricardo Dubania, que es el presidente, y prometieron atendernos.

 

N&P: ¿Qué les dijeron al recibirlos?

SO: Es que no nos recibieron: tuvimos que meter el reclamo por mesa de entrada, nos cerraron la puerta, no les importó nada. En este contexto, fuimos entre 70 y 80 vecinos apoyándonos, no estamos todos porque en verano es difícil juntar a la gente que está trabajando, pero éramos un número interesante. El asunto es que al irnos cerca de las 11  de la mañana, cuando estábamos saliendo y quedaríamos unos 25, del costado de la puerta del Concejo sale un funcionario, Guillermo Chirino, representante de los centros comunitarios. Ya salió patoteándonos; se acercó a mí, y un vecino, Hugo Salinas, se puso en el medio porque pensó que me venía a golpear. Y me gritaba: “a vos en tu casa esta noche te voy a matar”.

 

N&P: ¿Este “señor” estaba solo?

SO: No, no estaba solo. Habría unas diez personas más, enfurecidas, entre ellas una mujer que amenazó a mi hija de 17 años diciéndole cosas irreproducibles. Mientras el otro me insultaba, se me acercó otro hombre gritando que nos iban a venir a buscar uno por uno. Nos alejábamos y seguían las amenazas. Al final cuatro de los vecinos fuimos a hacer la denuncia para que quedara asentado, por si estos tipos se aparecían a la noche.

 

N&P: Pocas cosas tan insólitas. ¿Y en qué terminó?

SO: No sé si terminó. Lo que sí sé es que esa noche a las 23, en el frente de mi casa, recibí más de 20 disparos. Mis chicos estaban en la cama, asustados por el ruido, mi mujer también, salgo y veo dos autos en la puerta, creo que los tengo identificados. Me meto adentro y les digo a mis hijos que eran petardos. Fui, hice la denuncia en otra comisaría, en General Lavalle, para que no vaya a la misma fiscalía, porque si la primera hubiera actuado esto no hubiera pasado, tendrían que haber puesto alguna custodia porque la amenaza fue fuerte y pública. Lo que pasa es que las fiscalías son puestas por la policía, la corrupción y los delincuentes están unidos. Tenemos fotos del intendente con delincuentes, identificados con nombre y apellido.

 

N&P: ¿El intendente es Juan Pablo de Jesús, uno de los mentores de Amado Boudou?

SO: Sí; Boudou ha venido para acá y recaudó buena cantidad de plata. Cuando era ministro de Economía hubo un acto de corrupción, se llevaron 20 millones de las cajas comunitarias. Está impune, claro, porque en Argentina es corriente que pasen estas cosas.

 

N&P: ¿Ustedes tienen esa foto donde está con los delincuentes?

SO: Sí, claro, la subimos a la web. Mar del Plata es más grande, acá somos muy pocos y nos conocemos, no al 100% pero sí a la mayoría porque es un balneario chico. Así como los identificamos nosotros, también lo puede hacer la policía, la fiscalía, la justicia; deberían estar presos pero están libres. El año pasado, por marzo, hicimos una encuesta con 1.500 residentes del partido. Nos dio que 74% de la gente fue robada al menos una vez en los últimos 4 años. En el Partido de la Costa hay una industria del delito. El turista viene, nosotros hablamos con quienes les alquilan, y le pedimos que cuando van a la playa uno se quede en la casa cuidando, porque los están vigilando constantemente.

 

N&P: ¿Tienen algún servicio de seguridad urbana que dependa del municipio?

SO: Hay patrullas municipales, pero por ejemplo sabemos que el secretario de Seguridad de Control Urbano está siendo investigado en dos causas por venta de drogas, se llama Roberto Ferreyra. Lamentablemente llega el turista, que lo primero que hace es salir a la playa, y en ese momento los roban. Por eso tenemos problemas con vecinos que participan con nosotros, se sienten mal, tienen inmobiliaria y la gente cree que al delincuente le avisan ellos. El otro día, en los 16 balnearios del partido, llegamos a casi 100 robos diarios; a una jubilada en Mar de Ajó le entraron, le pegaron una paliza, tiene toda la cara hinchada. A un hombre de 84 años también; hay robos a mano armada en los kioscos, en la estación de servicio, en supermercados, a una abogada en San Clemente, es zona liberada.

La verdadera raíz

pag.2 bCada vez resulta más evidente que el problema de la inseguridad tiene una raíz política y jurídica. Desde el Estado no se enfoca el problema en su real dimensión, no se profesionaliza a los encargados de resolverlo, y desde la Justicia, el “garantismo” le hizo mucho daño a la sociedad. “Estamos trabajando con provincias inseguras, pero no es nuestra labor, tendrían que hacerlo los concejales”, señala con buen criterio Ovettini, y agrega: “Fuimos al Ministerio de Justicia, estuvimos con el Dr. Bonicatto, que es defensor del pueblo, fuimos a la Gobernación, hablamos con senadores buscando una salida, pero hasta hoy no la tenemos y sigue creciendo el problema, por la corrupción”.


El destino del botín

pag.2 cValdría la pena preguntarse ¿hay tanto mercado para la cantidad de notebooks, de LCD, celulares de última generación, de IPad y tanta tecnología como la que se roba? ¿No debiera llamar la atención que los desmanes de fin de año no era para acarrear cartones de leche en polvo o paquetes de arroz? ¿Se sale de la pobreza robando un HD para malvenderlo por su origen?

Ovettini (y muchos más) tienen una hipótesis: “No tenemos el dato justo pero sí en mente, que esto se hace para pagar a quienes usan en las marchas. O les liberan zonas para que se cobren por sí mismos”. Si es así, nos tapó el agua.