Un escándalo sexual sacude al Gobierno de Australia, y el premier prohibió las relaciones íntimas entre ministros y empleados

Malcolm Turnbull cuestionó a su segundo, Barnaby Joyce, quien debió divorciarse después de 24 años porque espera un bebé con su asesora de prensa. El apuntado le respondió con dureza.

El viceprimer ministro de Australia, Barnaby Joyce, de 50 años, es objeto de todas las críticas desde hace un mes. El desencadenante fue un escándalo sexual.
Joyce tuvo que admitir que se separó de su ex mujer, Natalie Abberfield, porque espera un bebé de quien era su asesora de prensa, Vikki Campion, de 33 años. Estaba casado desde hacía 24 años y tuvo cuatro hijas, fruto del matrimonio.
En un intento por contener la escalada, el primer ministro Malcolm Turnbull acusó a su segundo de haber cometido “un error de juicio contraproducente” y de causar “un mundo de dolor”. Además, anunció una inusitada medida: la prohibición de las relaciones sexuales entre ministros y sus subalternos.
Lejos de toda autocrítica, Joyce redobló la apuesta y desató una guerra al interior de la coalición de Gobierno. “Los comentarios de ayer del primer ministro causaron más daño. Creo que (…) fueron ineptos y sin duda innecesarios”, dijo a la prensa.
El vice, que es el líder del Partido Nacional, socio menor de la coalición, hizo méritos para quedar en el ojo de la tormenta. Una de las decisiones que más se le cuestionan es haber promovido a Campion en varios puestos de su partido cuando ya vivía con ella.
Tampoco ayuda el lugar que eligió como residencia para vivir con su nueva pareja: una mansión cedida gratuitamente por un amigo millonario. Aceptar la gentileza podría suponer una violación de sus obligaciones como ministro.
Joyce también acusó al primer ministro de entrometerse en los asuntos de su partido, una formación conservadora con fuerte arraigo en zonas rurales del país. “No hay nada que nos disguste más que una intervención implícita en los asuntos del Partido Nacional”, dijo.
Turnbull evitó comentar la respuesta de su socio. No obstante, mantuvo sus declaraciones de ayer tras asegurar que estas no iban dirigidas al Partido Nacional, sino a la conducta personal del número dos del gobierno.
En una muestra de que la relación entre los dos líderes parece haber llegado a un punto de no retorno, Turnbull anunció que el ministro de Finanzas, Mathias Corrmann, asumirá la jefatura del Gobierno durante su próximo viaje a los Estados Unidos. A Joyce le recomendó que se tome unos días libres para reflexionar sobre su situación.
El Senado australiano aprobó ayer una moción, apoyada por los opositores del Partido Laborista y del Partido Verde, que pedía la renuncia de Joyce. Su impacto es solo simbólico, ya que el funcionario no está obligado a acatarla, pero agregó aún más fuego al conflicto.