Un voto criollo

El voto es un derecho y también una responsabilidad cívica. Es la máxima expresión del proceso democrático de Estados Unidos, pero en contraste con algunos países de Latinoamérica, el voto allí es voluntario. Ah… y no necesitan documento.

Incluso, algunos votaron en persona, otros por correo postal incluso días o hasta semanas antes del día de las elecciones.

Esto no significa que no haya requisitos que cumplir. Cada Estado fija sus reglas de inscripción para votar, las fechas límites, donde enviar los formularios. Algunos pedirán identificaciones como licencias de manejar, pasaportes o registros militares al momento de emitir su voto. También se puede votar en el extranjero -de uso especial por sus Fuerzas Armadas, aunque no excluyente-, utilizando el formulario Federal Post Card Application.
Pero además votar no es la única manera de involucrarse en el proceso político del país. Las personas que quieran participar más en las elecciones también pueden ser voluntarias en las casillas. Algunos Estados aceptan voluntarios que no están inscriptos para votar. Sin embargo, también pueden existir otros requisitos como una edad mínima, residencia y en pocos casos, afiliación política obligatoria.
Sabido es que su sistema consta de un antiguo Colegio Electoral donde gana el que suma más representantes (aunque tenga menos votos). Son raros, pero les funciona. Así lo vivió y lo cuenta Hernán Iglesias, un criollo que sufragó en New York

Noticias & Protagonistas: Usted hace ocho años que vive allí, ¿cómo consiguió la ciudadanía?
Hernán Iglesias: En realidad fue un trámite bastante corto y relativamente sencillo porque me casé con una mujer estadounidense; en tres o cuatro años pude lograrlo.

N&P: Siendo adulto con experiencia política en Argentina seguramente le han parecido extrañas algunas cosas como que el voto no es obligatorio, o que no usan Documento Nacional de Identidad, ¿verdad?
HI: Exactamente, acá no hay DNI y tampoco necesidad de presentar ningún documento para ir a votar. Llegué a la mesa, yo ya había votado en las legislativas del 2010, y no es necesario mostrar nada, dices el nombre y con sólo eso te dan la boleta. En muchos Estados los miembros del Partido Republicano quisieron endurecer las normas, poner más requisitos, presentar un documento, pero los Demócratas quisieron mantenerlo como está porque los pobres, que no lo tienen, son la mayoría de sus votantes.

N&P: ¿Tampoco lo usan para circular a diario?
HI: Tampoco. En Argentina está eso de no salir a la calle sin documento, pero acá ni siquiera existe. Llevamos una especie de cédula y el carnet de conductor, pero son documentos propios de cada Estado, no nacionales. Y el número más importante es una identificación jubilatoria que tampoco tiene foto y no vale como documento. La identificación acá es difícil de explicar, hay tres posibilidades de identificación para que uno pueda asegurar quien es como persona: identificación como contribuyente, número de seguridad social, y registro de conducir.

N&P: ¿Qué impide que alguien se presente en una mesa y luego vaya y lo haga en otra?
HI: Mire, yo estoy en Brooklyn, pero bien podría haber ido a la mesa de al lado. En mi escuela votaban tres distritos, y lo que ustedes dicen no lo impide nadie, pero no ocurre. El fraude es bajísimo, inexistente, una rareza

N&P: ¿Aún después de la experiencia nefasta para los Demócratas cuando Bush le gana a Al Gore en Florida, hace doce años?
HI: Es así, aunque no hay duda que es una costumbre electoral precaria. Algunos Estados han modificado las formas de las boletas, como Florida y New York. El mismo Colegio Electoral es un legado de otra época; pero como acá la continuidad democrática es irrenunciable, no ha habido “revoluciones” ni tampoco impulsos demasiado fuertes para reformar el sistema.

N&P: Ahora se votaba presidente, senadores, pero también distintas consultas como la cuestión de aprobar, en Colorado y Washington, la libertad para consumir marihuana ¿Cómo manejan estas cosas?
HI: A mí no me tocó ninguna pero es cierto, son peticiones que vienen desde afuera del gobierno; provienen de diferentes ONG que funcionan bien y que tratan de juntar firmas y acercar propuestas. Los Estados saben cuantas firmas y procedimientos hacen falta para incluir preguntas en las elecciones. Hay Estados que tienen siete u ocho de ellas en cada proceso electoral, aunque a veces es difícil informarse. Se pregunta sobre presupuesto educativo, matrimonio igualitario; son preguntas claras, no de políticas complicadas. En pocos años la gente se fue acostumbrando al sistema.

N&P: Usted votó por Obama ¿Es verdad lo que decían las encuestas previas, que estaba muy parejo? Porque el resultado no lo fue tanto. Los Republicanos dicen que perdieron por el huracán Sandy…
HI: Yo soy muy escéptico respecto de las encuestas; Obama sufrió un golpazo fuerte en el primer debate, pero desde ahí comenzó a subir de manera constante. Acá se hacen entre diez y quince encuestas por día, y en casi todos los casos mejoraba. Yo creo que el paso del huracán no tuvo ninguna influencia, pese a los que digan los Republicanos.

N&P: ¿Cómo está New York? ¿Se repone del desastre?
HI: La primer semana fue muy dura, el mudo además nos miraba con cierto afecto y comprensión, pero eso duró la noche del huracán y los días inmediatos posteriores. Después se olvidan, como es natural en las noticias. Pero lo cierto es que por varios días tuvimos muchos hogares sin electricidad; en New Jersey y en Long Island hay casas destruidas, falta bastante para normalizar la situación, pero hay suficiente espíritu como para lograrlo.

N&P: Porque la magnitud fue enorme, desde 1895 no ocurría algo así. Quizás deje alguna enseñanza, sobre todo al sur de Manhattan que quedó tan expuesta…
HI: Era un tema de conversación en estos años y se hablaba de no hacer mucho para no cambiar el estilo de vida, pero me parece que habrá que “afear” la zona para protegerse de estos riesgos. Los estudios dicen que serán episodios cada vez más frecuentes.

N&P: El mapa electoral quedó claro, hay expresiones muy distintas, opuestas incluso
HI: Hay mucha retórica, vivimos un tiempo inflamable en el que se exagera mucho. Y los Republicanos tienen una crisis interna muy fuerte. De todos modos hay una idea de unidad en el Estado-Nación que se mantiene, solamente oscila.

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