Carlos Rottemberg: “Un impuesto no es el gran problema del teatro en Mar del Plata”

El productor teatral Carlos Rottemberg fue contundente con sus definiciones en la 99.9 respecto de la eximición de tasas para el sector: “Hace 7 años que el teatro en la ciudad dejó de crecer, se dio vuelta la taba pero no empieza ahora y menos con un impuesto”, sentenció.

La resolución anunciada por el Secretario de Hacienda de la comuna Hernán Mourelle sobre el cobro de tasas a los teatros desató un nuevo cruce con el gobierno local con críticas desde algunos sectores. Ante esta situación, el reconocido productor teatral Carlos Rottemberg puso paños fríos en sus declaraciones a través de la 99.9 dando un panorama más integral de los problemas que han surgido.
“Cuando se cambió la forma de eximición de tasas tenía que ver con el surgimiento de Villa Carlos Paz y se necesitaba darle fomento. No se trata de impuestos al edificio teatral solamente, se igualó a Mar del Plata con Buenos Aires y Córdoba dentro de un plan competitivo para que las figuras y los actores encuentren las mismas condiciones”, recordó sobre aquella resolución que tiene 30 años.
Desde que Arroyo asumió como intendente, se decidió charlar alguna contraprestación para que algo le vuelva al gobierno municipal: “durante los últimos años con el intendente Arroyo hicimos “La Noche de los Teatros” donde se entregaron muchas entradas para ir gratis. La ordenanza habla de esa contraprestación”. Sin embargo, Rottemberg destacó que el impuesto en sí no es el problema más importante para esta industria: “tengo muy claro que lo que pasó con nuestra actividad no tiene directa incidencia con esto, el tema es más profundo. Hace 7 años que el teatro en la ciudad dejó de crecer, no empieza ahora y menos con un impuesto”, definió.

El déficit se ha incrementado y por eso desde su mirada como productor indicó que la temporada tiene características especiales: “no es casual que después de cerrar todo el invierno, hemos tenido el año pasado durante el verano el Lido, el Neptuno y el Bristol cerrados. Se cerró porque el verano anterior fue el más perdidoso aún trabajando más. Una de las cosas que necesitamos para darle envión a Mar del Plata es que los teatros estén abiertos y eso le pedimos a la gobernadora. Le dije a mi hijo que este verano hay que abrir los teatros con el corazón más que con la cabeza”.
También habló sobre la actitud de los propios protagonistas de los espectáculos que ante las cámaras y micrófonos venden una imagen que no es real: “los mismos artistas hablando todo el tiempo son los que confunden a los funcionarios y al público. No se conoce ningún programa de televisión o radio donde nadie admita que le va mal, quien enciende un televisor saben que todos son primeros y llenan. Lo que nos hubiese gustado es que el responsable de Hacienda nos pida cuanto es la ganancia, cuanta gente va a la sala y cuantos pagan de ellos”, respondió a Mourelle.
Si bien el teatro sufrió en los últimos siete años una regresión importante según Rottemberg, aclaró que eso no implica que el estado tenga que dar exenciones: “hace siete años se dio vuelta la taba y lo que tiene que hacer un empresario es asumir sus responsabilidades y no convertirse en capitalista en el éxito y socialista en el fracaso. No se debe aceptar más subsidios del estado y creo que lo que hizo falta fue el diálogo”, opinó.
Aprovechando la ocasión, destacó que la cantidad de salas en Mar del Plata son las correctas de acuerdo a lo que sucede en otras ciudades del mundo: “los teatros no venden una entrada por si mismo, sino los contenidos. Si no logramos traer las figuras que pueden sostener edificios de 700 o 1.000 butacas, los teatros terminan siendo restaurantes o casas de ropa. El concepto que se debe cambiar, no es que los teatros en Mar del Plata se cierran en el invierno sino que es al revés. Tiene los teatros que necesita y se abren más en verano. Para más no da porque no tendríamos que poner sobre los escenarios”, explicó certeramente.
Cuando muchos eligen una palabra particular para militar su lucha y para enarbolarlo como un estandarte, Rottemberg se diferenció: “cultura no es una palabra que utilizo como si fuera un escudo. No porque no considere que el teatro es cultura, sino porque hablo como empresario y tengo la obligación de hacer un pantallazo de lo que está pasando”, finalizó.