24 horas

Central 957
Salud municipal | La nueva gestión de salud municipal ha recibido salas barriales desmanteladas y un CEMA casi vacío. El secretario propone que el horario se amplíe hasta brindar un servicio eficaz, pero claro, los empleados quieren cobrar lo adeudado. No hay rayos X ni análisis.

Los argentinos han sido un ejemplo de resignación. Cuando alguien no tiene más opción que recurrir al servicio de salud pública -porque si tiene otra alternativa no lo duda un segundo-, tiene que armarse de paciencia y resignación. Terminará creyendo que no merece un análisis, una tomografía, o lo que es peor, un analgésico a tiempo. Las demoras en estudios de rigor absolutamente imprescindibles han llegado a los límites del escándalo, como sucede con un Papanicolaou o una mamografía, por ejemplo. Pero la gente se acostumbra, y realmente cree que tales cuestiones están fuera de su alcance.
Mar del Plata ha sido el peor de los ejemplos: un sistema de salas barriales desarticulado y desabastecido, con un servicio pésimo que se convirtió casi en un voluntariado. Y esta palabra viene a cuento, porque el paciente pasó a depender de la buena voluntad de quienes estuviesen a cargo. Turnos matinales escasos, abarrotados de personas, algunas de las cuales serán atendidas, y el resto a su casa. Por la tarde, cualquiera puede verificar que las salas son tierra de nadie.
A pesar de todo, los políticos del sector pasaron años diciendo “estamos trabajando “. Nunca se entendió bien adónde estaban trabajando, sin rayos x, sin vendas, sin reactivos para análisis, sin nada de lo que hace falta para salvar una vida. Todo pasó a ser el campo de la buena voluntad: hay gente con enorme vocación y conciencia que se esfuerza por aliviar el dolor aunque nadie lo controle, y gente que duerme la siesta porque nadie controla.
Además está el CEMA, un elefante blanco costosísimo que sirvió para sacarse la foto, y que da turnos para cuando el paciente ya ha muerto. Y por último, el Hospital Interzonal, eficaz cuando un accidentado necesita expertos para la atención urgente, pero desmantelado, derruido, y tomado por la miseria más profunda. Allí, los médicos se desviven por hacer todo con casi nada.
El nuevo secretario de Salud de la comuna, Gustavo Blanco, habló del tema en la 99.9: “A partir de ayer, tenemos un nuevo director de la Zona Sanitaria VIII, algo que veníamos trabajando desde hace 15 o 20 días. También estamos conformando el gabinete del Hospital Interzonal y del Materno Infantil. Con ellos empezaremos a recorrer un camino en conjunto entre los tres estratos de atención para hacer una sola salud que nos involucre a todos”.
El responsable del sistema de salud municipal se refirió a la cuestión del reordenamiento de las guardias en las salitas de salud: Hemos charlado con las sociedades de fomento. Me junté la semana pasada con 3 de barrios muy populosos, uno de los cuales tenía relación directa con las salas. Han comprendido el origen de la decisión”, dijo. Luego abundó: “les expliqué que las salas no tienen guardias como en un hospital porque no tienen rayos, no hay laboratorio, no hay cajas de sutura… No son las condiciones adecuadas para brindar el servicio como una guardia en sí misma. No corresponde, porque para eso están los hospitales. Entiendo que la gente está acostumbrada a ir a las salitas, pero se pierde un tiempo fundamental ante ciertos síntomas”. Aclaró que las guardias en las salas están destinadas a la atención de casos menores, pero que comprende que el horario debe ser ampliado.
También se refirió al CEMA, donde han encontrado una serie de irregularidades: El CEMA es un lugar que estamos conociendo. Hay contratos irregulares con los médicos que prestan servicio. Hay profesionales con los que se firmó cierta cantidad de horas, pero hacen menos. No les ha gustado mucho lo que estamos haciendo, pero no puedo permitir irregularidades en mi cartera”.
El funcionario expuso la necesidad de que el enorme instituto amplíe su horario de funcionamiento efectivo: “por la tarde tiene un horario muerto, uno va y está vacío. Estamos tratando de mejorar el sistema de turnos para que la gente vaya mañana y tarde. En invierno terminaremos con los métodos complementarios, como el resonador y el tomógrafo, trabajando las 24 horas como cualquier institución de Mar del Plata”.

Ineficiente

El sistema de salud en el municipio de General Pueyrredón continúa funcionando en una situación precaria. Gustavo Blanco expuso también su posición ante el actual estado del CEMA y su absoluta ineficiencia: “El CEMA es un lugar completamente innecesario. Está vacío a partir del mediodía y no es porque no haya gente para atender o derivar, sino que no está articulado con los Centros de Atención Primaria. Es un edificio nuevo, pero la utilidad es poca”.
Expuso Blanco, además, que la crisis llega a situaciones extremas porque no hay recursos básicos para realizar algunos estudios: “hay falta de insumos para pruebas de diagnóstico, se rompieron equipos que han comprado muchas veces en comodato y son costosos. Ahora no tenemos un aparato hematológico, tenemos problemas para hacer hemogramas, porque quedó una deuda con la empresa que entregó el equipo en comodato”. La activación del CEMA llevará un tiempo, pero pretenden que sea un lugar de atención constante, que funcione prácticamente las 24 horas: “si hay un espacio cesante, se lo ofreceremos a obras sociales, al PAMI, para que esté en funcionamiento”.
La polémica está instalada, tanto más cuando el funcionario expuso que estaba  evaluando el posible cierre del Centro de Salud Nº2, más allá de que su propósito sea descentralizar la atención: “No me sirven siete cardiólogos en el CEMA y ninguno en las salas de salud. Esto costará un tiempo, pero la idea es que la medicina se descentralice, llegue a los vecinos, y no ponerle barreras”.

Los objetivos

Recientemente, Gustavo Blanco estuvo en el Centro de Salud Nº1, de Colón y Salta, y realizó un relevamiento del estado de las salas de salud municipales. En la ocasión puntualizó cuáles serán los ejes principales de la gestión en la materia. De la actividad participaron Daniel Racca, director de ese Centro de Salud, Fernanda Pirro, directora de salud dental, y la directora general de Salud, Patricia Fortina.
En este marco, el doctor Blanco expresó: “Estamos haciendo un cambio en el sistema de guardias, los cambios son paulatinos pero siempre positivos y para mejorar”. Comentó que de los 32 centros de salud existentes en el partido de General Pueyrredon, solo 8 fueron reparados en la gestión anterior: “nos enfocaremos no en realizar obras majestuosas, sino en reparar las existentes”.
Expresó además que cuenta en su equipo con agentes comunitarios de salud, que se enfocaran en la prevención, promoción y planificación de la salud, con el fin de que no sea necesario concurrir a los hospitales: “es un fracaso para la medicina que la gente tenga que acudir a un hospital”
En cuanto a los que serán los ejes de la gestión en esta materia, enumeró: la asistencia sanitaria a demanda, programada tanto en la consulta como en el domicilio del enfermo; la indicación y realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos; la prevención, promoción de la salud, atención familiar y comunitaria; la información y vigilancia en la protección de la salud; la rehabilitación básica, y los servicios específicos a la mujer, la infancia, la adolescencia, los adultos, la tercera edad, los grupos de riesgo y los enfermos crónicos; la atención paliativa a enfermos terminales, y la atención a la salud mental, en coordinación con los servicios de atención especializada, así como la atención a la salud bucodental.
En esta ocasión confirmó finalmente que las guardias en los Centros de Atención Primaria municipales se ampliaron, hasta lograr funcionar de 8 a 18: “La reparación edilicia y la reingeniería del personal van a mostrar un camino de descentralización, porque el vecino no tiene por qué tomarse un colectivo para llegar a un único lugar para vacunarse. Es ridículo; nosotros tenemos que llevar la vacuna a ellos, así como el resto de los servicios”
Mientras tanto, la Asociación de Profesionales de la Salud del municipio de General Pueyrredón –Cicop-  cursó por nota su preocupación y alarma ante la falta de insumos: faltan reactivos de TGP, FAL, más los necesarios para realizar determinaciones de hormonas y serología, además de que escasea la anestesia para odontología, y desde hace dos meses no hay leche en polvo para pediatría.
En cuanto al mantenimiento de equipos, afirman que no pueden realizar hemogramas por falta de reparación del Contador Hematológico del laboratorio del CEMA, que resulta ser el único disponible en la Municipalidad. Exponen incluso que en el Centro de Salud N° 2 no se pueden realizar radiografías porque el equipo está roto.
Sobre el mantenimiento edilicio, los empleados exponen que dos Centros de Salud  -Iremi y Centro 2- no tienen gas natural desde hace más de  dos meses, y que la Unidad Sanitaria de Alto Camet  y el Centro de Salud N°1 necesitan refacciones y ampliaciones. Dicen también que desde hace meses no se realizan Papanicolaou porque no tienen técnico de patología, y que actualmente padecen la falta de pago de las horas extras atrasadas al personal de salud que realiza guardias.
Aseguran que su finalidad es garantizar a los pacientes un servicio sanitario de calidad y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, por lo cual solicitan entrevista para tratar estos temas las representantes Liliana Rabanal, Beatriz Paladino y Teresa Leguizamón.
Así estamos los marplatenses, entregados a la desidia de sufrir sin saber adónde recurrir para aliviarnos, menos aun para poder realizar una medida preventiva que anteceda a la enfermedad. Los empleados, en alerta. Los políticos, anunciando un cambio en las estrategias que requerirán nuevas inversiones para la compra de insumos. Ojalá la gente no termine diciendo “Alguien se apiade de mí”, como canta un músico dominicano cuando relata su paso por el sistema de salud público. El servicio público de salud es un derecho del ciudadano, y no puede ser un acto de caridad.