A toda orquesta

Las deudas de la gestión Pulti | Aerolíneas Argentinas no ha podido conseguir que le paguen los pasajes del viaje que hizo la Orquesta Municipal de Tango a Italia durante el 2015. Desde la municipalidad, los trámites se complican porque la gestión anterior no había realizado un expediente que autorizara el gasto. Lo hicieron de palabra. Y qué palabra…

Los medios periodísticos del momento lo anunciaban con entusiasmo: “Con el patrocinio de la Embajada argentina en Italia, y el “impulso” del intendente Gustavo Pulti, la Orquesta de Tango de Mar del Plata se presentó anoche en los jardines del Castel San’t Angelo de Roma”. El problema es que nadie decía, ni en aquel 2015 ni ahora, de dónde iba a salir el tan elogiado “impulso”, que era ni más ni menos que la compra de los pasajes para cruzar el océano.

Con la conducción del maestro Julio Dávila y la producción de Alessandro Amici, la orquesta marplatense se presentó en la capital italiana, tal como se había anunciado desde la sede diplomática en un comunicado. La convocatoria de las autoridades de la Cancillería de Italia respondía a que ese país había sido invitado antes a participar en la Bienal del Fin del Mundo desarrollada en Mar del Plata, y estaban devolviendo la gentileza. Ellos habían pagado sus gastos para venir, Mar del Plata pagaba los suyos para llegar a Europa. Italia los iba a recibir a todos con cordialidad y agasajo.

Además de Dávila, la comitiva musical incluía a Carmen Raquel Pozzi, Daniel Agustín Sergio, Germán Darío Galbato, Eduardo Alberto Luc, Arturo Inocencio Alvarez, Luis Daniel Jiménez, Juan Pablo Gez Carballo, Jorge Gabriel Smitt, Pablo Agustín, Pablo Albornoz, Juan Rivas y el músico marplatense radicado en Nápoles Diego Lemmi Moreno. La orquesta también se presentaría el 17 de julio de ese año en Villa Borghese, Roma, y el 15 en Maschio Angioino, Nápoles, en el marco del Proyecto de la Bienal del Fin del Mundo “Mar del Plata, Cultural y Turística”. Todos felices.

El problema vino cuando Aerolíneas Argentinas empezó a pretender cobrar los gastos de pasajes, que ascendían a más de $500.000, más el honorario de la productora organizadora: Pulti ya se había ido, y no había en todo el edificio de la avenida Luro un maldito papel donde algún estamento del Estado comunal hubiera autorizado formalmente el gasto. Las cosas fueron así.

 

El ovillo

La presidenta de la Asociación de Amigos de la Orquesta de Tango, Claudia Cherniak, se dirigía al intendente Pulti por nota fechada el 25 de junio de 2015, con el fin de solicitar un subsidio, que en ese momento ascendía a $456.300, para pagar los traslados a Roma de todos los músicos de la Orquesta de Tango, que cumplirían así con la invitación que habían recibido, más los viáticos respectivos. La misión era incuestionable, así como el grado de representatividad del colectivo cultural mencionado para representar la identidad local en un evento de alto nivel que se llevaría a cabo en el viejo continente.

Pero el viaje a Roma era el siguiente 8 de julio, es decir a escasos 13 días de la solicitud, lo cual hacía bastante inviable la gestión por vía institucional. Cualquier empleado de Hacienda lo hubiese sabido.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación mandó un aval por mail, que quiere decir eso, que están en pleno acuerdo con que los mencionados músicos representen al país en un acto cultural, pero nada más. Lo declaran de Interés Cultural, que es la palmada en el hombro que se puede otorgar a toda velocidad.

Entonces, ya de salida, el exintendente Pulti ,junto con su subsecretario de Cultura Leandro Laserna, se ahorraron todos los pasos del expediente, la partida de plata, la autorización de la Subsecretaría de Hacienda y todo lo demás. La carpeta vacía quedó en la oficina, y Pulti simplemente instruyó a su secretaria privada Débora Marrero para que le escribiera a la secretaria de la presidencia de Aerolíneas Argentinas, y le dijera lo siguiente: “de acuerdo con lo hablado telefónicamente, me dirijo a usted con el fin de solicitarle el pago post datado de 22 pasajes a la ciudad de Venecia, Italia, para los integrantes de la Orquesta Municipal de Tango de Mar del Plata, en el marco de la 56° Bienal de Venecia, que comenzará el próximo 11 de julio en Venecia, Roma y Nápoles. Allí se realizará una presentación turístico cultural de la ciudad de Mar del Plata, de su Bienal del Fin del Mundo, y un recital exclusivo de la orquesta”.

Por supuesto que se fueron, y por supuesto que los gastos los debía cubrir la municipalidad, ya que el intendente había pedido la gauchada de que se entregaran los pasajes antes de pagarlos, casi como si fuera parte de lo acostumbrado.

Silencio de radio

Pero empezaron a pasar los días, y la aerolínea ya había hecho llegar su factura E por más de $500.000, acompañada por el detalle de quienes habían hecho uso del beneficio, sin que nadie diera una respuesta, simplemente porque no había una partida de dinero a la cual imputarla: parecía una gauchada que alguien le había hecho al intendente. Pusieron la factura en la carpeta vacía, y la dejaron en las oficinas de Cultura.

El 4 de diciembre llegó la carta documento, en la que el abogado Juan Pablo Nofal reclamaba al intendente Pulti el pago de la factura. Como nadie sabía qué hacer con eso, nadie contestó: también la pusieron en la carpeta que correspondía, y listo. Porque el expediente necesario para subsidiar el viaje de la orquesta había sido abierto por el anterior secretario de Cultura, pero había sido dejado en el olvido sin darle trámite: también constaba en su interior la factura que reclamaba los gastos de la productora Parthenon, que organizó los conciertos.

Luego del cambio de autoridades, el secretario de Economía y Hacienda, Reinaldo José Cano, rechazó el reclamo de pago de la factura diciendo: ”no obra solicitud de pedido o tramitación alguna de la que pudiere desprenderse la emisión por parte de Aerolíneas Argentina SA de la factura 0059-00003006, de fecha 20-7-2015, que a mayor abundamiento, se encuentra sin conformar”. Es decir: no es mi problema.

Las autoridades de Aerolíneas ya estaban desorientadas, porque habían sido estafadas en la buena fe. De eso da cuenta el pedido informal y casi desesperado que cursa el gerente Mariano Quevedo a Emiliano Guiri, diciendo que si bien comprende que la deuda es de la gestión anterior, “lamentablemente, ustedes la heredaron”. Y que la empresa aerolínea ha honrado sus deudas: solamente en este año han pagado, indica, más de $150.000 en concepto de tasas de seguridad e higiene. El asunto del mail reza: “necesito una mano”. Como respuesta, Giri propone precisamente un esquema de compensación en tasas, del cual no hay noticias posteriores en el expediente.

Pero para llegar aquí, desde Cultura se intentó una y mil veces conseguir asesoramiento legal a través de la Procuración municipal para saber cómo responder a la tan mentada carta documento, aunque fuera de manera extemporánea, siempre considerando que no obraba en la Secretaría de Cultura un acto administrativo que autorizara la erogación que reclamaba Aerolíneas Argentinas.

La autorización de los pasajes se había hecho de buena fe: la empresa de vuelos había autorizado los pasajes a pedido del intendente. La nueva carta documento, ya recibida por la nueva gestión, es de agosto de 2016. Y así lo hace notar la nota que Mariano Quevedo, gerente regional de Aerolíneas, le cursa al nuevo intendente Carlos Arroyo en el mes de diciembre pasado, donde le dice que los pasajes se autorizaron porque lo solicitó la Secretaría Privada “en carácter de total excepción”. Allí refiere que ya se ha reunido con personal municipal para encontrar “un principio de solución” para evitar las cuestiones legales: se refiere precisamente a Gustavo Schroeder, secretario de Economía y Hacienda, que está tratando de hacer magia para que la solución administrativa surja como parte de un acuerdo creativo que permita poner los papeles en orden.

Una más de todas, las que podrían llamarse cómo arreglar el zafarrancho, el desorden administrativo, las deudas sin expediente ni partida. Cómo arreglar el desquicio del inquilino que se va y deja explotadas las cañerías y el buzón lleno de cuentas a pagar, sin que se sepa ni siquiera de dónde se iba a sacar el dinero.

La comunidad no lo entiende, y es lógico. Las autoridades entrantes no tienen más recursos que los legales para sostener un proceso de pago de lo que sólo se ha pactado de palabra, y sin seguir el camino administrativo correspondiente. Por lo demás, lo advirtió el gerente de la empresa: no volverán a dar una mano en nada, porque se están quemando con leche.