Pelotas malditas

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Actualidad municipal | Otra vez la malversación y el despilfarro. La gestión municipal que más dinero ha recibido termina sus días con un déficit de 600 millones, porque maneja la plata como si fuera regalada. Las pelotas de cemento de calle Güemes son el símbolo de la desidia carísima.

Las pelotas de Pulti, como se las llama popularmente, fueron retiradas meses atrás, a partir del descontento de vecinos y comerciantes de calle Guemes. Ahora se encuentran en el Campamento del Emvial camino a Batán. El concejal Mario Rodríguez, de la UCR, señaló al respecto: “Hemos visitado el Emvial y nos sorprendieron muchas situaciones que vimos y documentamos. Entre ellas, el intento de esconder las esferas que en su momento colocaron en Güemes, y que ahora se encuentran arrumbadas allí”. Dice que las intentaban esconder debajo de una montaña de arena, para disimular el despilfarro de la administración Pulti.
Nadie sabe bien cuánto han gastado en la construcción, colocación y retiro de estas esferas, en materiales, horas extras y productividad, ni por qué han decidido depositarlas allí, en vez de darles un mejor destino. Pero hay que recordar que el trámite exprés que le dio el oficialismo al Programa “Calles para la Gente”, motivó que todos los bloques de la oposición plantearan diversos cuestionamientos, aunque finalmente fue avalado sólo por la mayoría automática de Acción Marplatense.
La concejal Vilma Baragiola había afirmado que no coincidía con el cambio urbanístico que se estaba generando en Güemes. Consideró que se trataba de una modificación inadecuada, porque hubo accidentes de tránsito por las esferas en la calle, y por la falta de defensa para los vecinos en los decks que se han instalado. Ella afirmaba: “Deberían haber arrancado con una prueba piloto en otros lugares comerciales, como por ejemplo la calle Alem”.
Al final tenía razón: las carísimas bolas de Pulti están tiradas en una montaña de arena.
Pero el predio de exposición de los fracasos municipales no sólo tiene las pelotas de cemento. También hay allí un profuso cementerio de maquinarias viales que fallecieron ante la falta de mantenimiento, aun antes de que se les rayara la pintura; la municipalidad, que contaba con un parque de maquinarias de trabajo vial modernísimo, las dejó destrozar por no invertir un centavo en sostener sus condiciones de uso. A medida que se fueron quedando fuera de circulación, simplemente las apiló donde no se vieran.

No pueden con nada

Pero esto no es todo, ni cerca: otra de las novedades que tenía deparada a sus votantes la actual gestión local es el cierre del paraje San Francisco, un centro de abrigo para jóvenes en conflicto recientemente inaugurado, para lo cual se realizó una importante inversión económica. En aquel momento, el gasto se juzgó imprescindible ya que, evidentemente, la municipalidad no cuenta con espacios apropiados para derivar a los jóvenes en situaciones familiares conflictivas, aquellos que no pueden momentáneamente permanecer viviendo en sus hogares. Lo importante sería saber por qué de pronto esta urgencia cesó.
Hoy, el Paraje San Francisco está cerrado. El predio de cinco hectáreas, que iba a albergar a más de 80 chicos con derechos fundamentales vulnerados, y que fue remodelado con casi $2.000.000 e implicó un convenio de articulación entre el Obispado, el municipio y la Provincia de Buenos Aires, daba techo a solamente seis. Ahora lo cierran diciendo que simplemente “no funcionó”, y que “encima traía problemas gremiales”. Por supuesto que los funcionarios municipales afirman que la decisión fue de la Provincia, que es la encargada del funcionamiento de la institución. Los jóvenes que estaban alojados al momento del cierre fueron trasladados a Ayacucho, es decir, a 174 kilómetros de casa.
Tratando de emparchar macana tras macana, parece que 36 horas después, el municipio habría tratado de hacerse cargo del abrigo de esos mismos jóvenes: actualmente, dos están en el hogar Arenaza, dos en la Casa de los Amigos, uno internado en Hospital Interzonal y el sexto y último bajo la tutela de un mayor responsable.
Menos de tres años les duró el centro de contención para poblaciones juveniles complejas, porque no pudieron organizar el trabajo con ATE: a eso le llaman “problemas gremiales”. La misma gente de ATE a la que nadie le puede decir qué trabajo tiene que hacer porque, si se enojan, para el país; los mismos que mantienen las escuelas mugrientas, caldo de cultivo de pestes de toda clase, porque los auxiliares no hacen más que pasar un escobillón de vez en cuando, no atienden puertas ni teléfonos porque no les corresponde, y ceban mate en las cocinas al lado de la hornalla. Salvo honrosas excepciones, claro. Los muchachos de ATE no querían trabajar en el predio para chicos conflictivos.
Los miembros del Bloque de Concejales de la UCR solicitaron explicaciones por la decisión del cierre. La presidenta del bloque, Cristina Coria, recordó que, en su momento, el intendente Gustavo Pulti había explicado: “… el municipio se hará cargo de estas instalaciones por 10 años. La manera de pagar ese alquiler ha sido una obra de restauración de los edificios, invirtiendo $2.400.000 en el mejoramiento de los edificios, que están perfectamente utilizables. Además, hemos hecho también el pago adicional de un alquiler, y por 10 años podemos disponer de esas instalaciones para un trabajo que tiene una relación con aquello por lo que el Obispado lo creó hace una década atrás: trabajar con un sentido social…”.
Por eso, el Bloque de Concejales le solicitó al Intendente que ya que ha comprometido recursos en convenios oportunamente suscritos con otros organismos, comprenda que resulta imprescindible contar con este establecimiento funcionando en pleno como hogar de abrigo para aquellos menores separados momentáneamente de su ámbito familiar. Pero el jefe comunal parece haber olvidado que dijo hace muy poco: “La inversión de 2 millones de pesos que hemos hecho en la restauración de estos chalets y que se han recuperado en un ciento por ciento, la hemos convenido con el Obispado, y fue el Obispado quien lo llevó adelante”; y que agregó: “Cuando comenzamos, algunos jueces de menores, haciendo un uso responsable del espacio institucional en el que trabajan, nos decían que no había dónde trabajar con los chicos en conflicto. Bueno, aquí, ahora, hay un espacio que queda a disposición para trabajar con estos chicos en conflicto con la ley penal, cumpliendo con las normas que protegen sus derechos y cumpliendo con la dotación de un ámbito que permita trabajar en el desarrollo humano de estos chicos para que puedan reintegrarse”.

Impunes

Se hace necesario aquí aclarar que el problema no es el fracaso, sino la arbitrariedad, es decir la manera en la que utilizan los recursos como si provinieran de una caja mágica, como si no hubiera ninguna responsabilidad sobre ellos. Generan gastos como si no los pagara nadie: de la misma forma en que se gasta el gas o la energía eléctrica en los edificios públicos. Sin ningún control ni medida. No parece preocuparles el déficit que dejarán detrás de ellos: la plata está para gastarla, parecen decir cuando apilan sus experimentos fallados al costado de la ruta. Porque ellos tanto apilan pelotas de cemento como máquinas que no supieron arreglar, como edificios con destino de proyectos sociales. Les da igual.
Una vez más serán denunciados por haber malversado el dinero que la Provincia envió con el fin delineadísimo que establece para el financiamiento educativo, la norma reciente dictada por el Tribunal de Cuentas. Según reza la denuncia firmada por el concejal de la UCR José Reinaldo Cano, lo recibido por el Fondo Federal Educativo durante el ejercicio 2014 ascendió a $32.666.058. De ese importe, un 78% -es decir $ 25.616.867- fue malversado en los términos del artículo 260 del Código Penal de la Nación Argentina, ya que resultó desviado de su afectación específica: se lo destinó a sueldos del Ente Municipal de Deportes y Recreación (EMDER).
Fue el 4 de diciembre de 2014 cuando el Honorable Tribunal de Cuentas provincial dictó la Resolución 010/14, que establece específicamente en qué cuestiones los municipios pueden utilizar el dinero del Fondo Federal Educativo. A pesar de ello, los estados de ejecución de recursos de la Administración Central y del Ente Municipal de Deportes y Recreación, muestran claramente que todo sigue igual. No obstante lo establecido por la resolución del tribunal, se continuó malversando un 28% del total recibido del Fondo Federal Educativo. En lo que va de este año, de un total recibido de $25.093.441, fueron remitidos $6.982.200 al EMDER, es decir, un destino diferente del establecido en el artículo segundo de la resolución del 2014.
¿Quedó claro? Se trata del Gobierno que más impuestos ha recaudado, y que más subsidios ha recibido. Se trata del Gobierno local que trata de mantener aceitadas las relaciones con la Provincia y reluciente la sonrisa que le hace al Gobernador, para que de esa caja salga el dinero que le arregle cualquier problema. Se tata de un Gobierno que recibe más de 25 millones de pesos para sostener las escuelas en condiciones, y los gasta en lo que le da la gana. Y si un organismo provincial se encarga de enviarle una ajustada normativa que establezca en qué puede gastar o no los fondos, porque parece que el año anterior no le había quedado claro, se los revienta igual. Hace caso omiso a la norma que lo excede, como toda personalidad marcada por la vulgaridad.
El Intendente apila pelotas, apila máquinas rotas, apila deudas, apila desigualdad social. El Intendente apila. Y encima, parece que va tras la sortija porque quiere quedarse en la calesita otra vuelta. Pero sin pagar.