Crisis continua

edi992

Desde 2008, luego de la crisis de Lehman Brothers, que el sistema financiero internacional y la economía global no logran reponerse. La nueva situación creada por la Security Exchange Comision, ente estatal de los Estados Unidos que controla la probidad del sistema financiero en dicho país, al anunciar una multa billonaria al Deutsche Bank, coloca a la más grande institución financiera germana al borde de un crash de impredecibles proporciones.

Esta semana, lo que más ha perjudicado a la entidad fueron las informaciones publicadas por Bloomberg el pasado jueves, acerca de que varios fondos de inversión vendieron sus participaciones en el banco, inquietos también por un posible rescate del Gobierno alemán. El consejero delegado del banco, John Cryan, atribuyó la salida de los fondos a “fuerzas en el mercado que quieren debilitar la confianza en nosotros”, y argumentó ante los empleados del Deutsche Bank que la entidad tiene más de 20 millones de clientes, y que esa “percepción distorsionada” no debería influir en el negocio diario del banco.

La crisis llevó a que el economista argentino Javier Calvo -el mismo que anticipara el default de México en los noventa (conocido como “efecto tequila”)- señalara que hay que “estar atento” a una crisis que podría provenir de Europa o Estados Unidos. Esto ocurre en un mundo hiperconectado, y en un momento en el que hay sobre oferta de capitales, cuando los bancos centrales europeo y de Japón dejan la tasa de largo plazo en cero interés, y los consumidores actúan a la baja, provocando de este modo retracción económica global.

La situación es en sí misma muy compleja. La posición del gobierno alemán no es clara. A principios de esta semana surgieron informes de que las autoridades tenían planes provisionales para rescatar al Deutsche, lo cual es políticamente impopular. Pero Eckhardt Rehberg, portavoz de la comisión de presupuesto del Parlamento, perteneciente al partido CDU de Merkel, indicó que se opondrá a cualquier ayuda. El rigor ideológico alemán podría ser el principal enemigo de esta crisis. “En este momento, yo descarto cualquier ayuda de capital. Eso no sería el camino correcto”, le señaló a la agencia Reuters, lo cual deja al mundo absorto en un dilema mayor: ¿será este el inicio de otra crisis global? Las próximas semanas serán clave, y la respuesta está en New york .