La batalla de Gamonal

Gamonal de Río Pico fue un antiguo municipio de la provincia de Burgos, España, que se incorporó como barrio del municipio de Burgos en 1955. Su nombre tiene origen en los campos de gamones -planta herbácea perenne- que se cultivaban para alimento de animales. Hoy es el barrio más poblado de la ciudad de Burgos, y de Castilla y León, con aproximadamente 100.000 habitantes. Creció desde 2006 fuertemente por la construcción horizontal, que hoy es la expresión más clara del fracaso del modelo económico español. Desahuciados sin empleo abundan en esta comunidad, que estalló de ira por un proyecto urbanístico apoyado por el PP y el PSO.

Los partidos políticos por un lado, la gente por otro. Es obvio que cuando algo así sucede, hay un trasfondo. La llamada batalla de Gamonal fueron seis días de movilizaciones, enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y la claudicación del alcalde de Burgos, quien finalmente anunció que el proyecto se posterga. El diario El Mundo llegó a referir que estos episodios de violencia marcan el fin de la indiferencia española frente al fracaso de la política y los negociados del poder.
Para saber de qué va el trasfondo, el periodista español Pascual Serrano nos ilustra en su blog: “Como es sabido, el barrio del Gamonal, en la ciudad de Burgos, está que arde por la decisión del gobierno del PP de construir un aparcamiento que costará ocho millones de euros. La propuesta es de Antonio Miguel Méndez Pozo, y la constructora que se supone lo construirá, es de uno de sus socios habituales. El constructor Antonio Miguel Méndez Pozo y su familia son propietarios mayoritarios de la empresa de comunicación Promecal. El principal accionista de Promecal es la sociedad limitada Río de los Ausines, propietaria del 98% de las acciones, y el gerente y administrador único es Miguel Méndez Ordoñez, hijo de Antonio Miguel Méndez Pozo. A su vez, la dueña de Río de los Ausines es, en un 56,68%, la Sociedad de Gestión Burmor S. L, cuyo principal accionista, gerente y administrador es Gregorio Méndez Ordóñez, hijo también de Méndez Pozo. En 1992, la Audiencia de Burgos condenó a Antonio Miguel Méndez Pozo -junto a varios ediles del PP- a siete años y tres meses de cárcel por falsedad en documentos públicos y privados, estafa y desacato. No obstante, Méndez Pozo apenas cumplió nueve meses en la prisión provincial de Burgos, y desde entonces, su carrera ha sido un éxito, hasta contar con los príncipes para la inauguración de la nueva sede de su empresa. Propietario también de varias inmobiliarias y constructoras, mantenía buenas relaciones con el Gobierno castellano/manchego de José María Barreda tras su inversión en el aeropuerto de Ciudad Real, que le permirió a su vez contar con el respaldo financiero de la intervenida Caja Castilla-La Mancha.
Su hijo, Miguel Méndez Ordóñez, por supuesto también empresario, reconoció en 2006 haber invitado a altos funcionarios municipales y a un concejal del PP de Burgos a un viaje con todos los gastos pagados a la Costa Azul, y añadió que está dispuesto a seguir haciéndolo con los que colaboren con sus empresas. Y como Dios los cría y ellos se juntan, Méndez Pozo es socio de José Luis Ulibarri en la explotación de la licencia de Radio Televisión de Castilla y León en esta comunidad. Cada uno es propietario del 50% de las acciones. Ulibarri es propietario de numerosas empresas de construcción y ha estado implicado en diversos escándalos, incluido la trama Gúrtel. También está vinculado a diversos medios audiovisuales de la Comunidad Valenciana y al grupo empresarial Begar, es amigo personal de Luis del Olmo y bien relacionado tanto con José Bono como con el Partido Popular, en especial con el denominado clan de Valladolid. Resultó adjudicatario de numerosas obras públicas, parcelas, infraestructuras, servicios y contratas cuando se encontraba legalmente inhabilitado para ello y carecía de capacidad para contratar con las administraciones públicas. En otra ocasión, una empresa suya adjudicataria de obras por el ayuntamiento de Boadilla del Monte, resultó que era fantasma, no estaba registrada en la Seguridad Social ni tenía trabajadores”.
Entonces, y según queda claro a partir de la información publicada en el blog de Serrano, no es porque sí que una ciudad se levanta como en Fuenteovejuna; es hastío ante tanta impunidad, tanta avaricia, tanta indiferencia oficial ante la suerte del ciudadano común. Así, algunos días, cualquier ciudad del mundo puede ser, potencialmente, Gamonal.