Malas lenguas 1004

De anuncios y continuidades. Era todo festejo en el Consorcio Portuario el pasado viernes. Anuncios esperados, dragado, balizamiento para operaciones nocturnas y la incorporación del directorio a la gestión ya de cara al 2017. Extraña cuando menos que los nombrados sean los mismos que había designado Jorge Hidalgo pocos días antes de dejar el cargo. Integran el SIMAPE y el SUPA, que han recurrido en ocasiones a la acción directa, y cuando menos el SIMAPE cerró el puerto por meses causando daños irreparables. Bueno, si uno ve la foto de la gobernadora Vidal con el matrimonio Duhalde, no hay mucho para agregar: la voluntad del PRO es deglutir aliados como forma de praxis política. En tiempos laudatianos, podría pensarse “por sus actos los conoceréis”.

Cambios en Cambiemos. El cierre de año trae un aire de energía nueva a la intendencia de Carlos Fernando “Zelig” Arroyo. Cristina Coria dijo que “se ha conformado un equipo sólido finalmente”. Es obvio hasta para la cadena de corte y pegue, que a diario debe extremar su agudeza maliciosa para buscar elementos de cuestionamiento. Lo que no deja de ser extraño es que dentro de la propia coalición siga existiendo quien cree en la tontería de una intervención y que a diario le den pábulo a tan fantasiosa situación. En ese escenario conspirativo destaca el decir de Marcelo Pasetti, gran loser del 2016, que le vendió la extraña teoría conspirativa a varios anticipando todo el apoyo del diario a cualquiera que resultase el interventor designado. En esa tarea, Pasetti, cuya esposa percibe remuneración por tareas no especificadas en el museo MAR, recibió una sorpresa.

Conspiración y sorpresa. Aconsejado por su delfín marplatense Lucas Fiorini, el ministro de Gobierno Joaquín De la Torre se reunió entre otros con Pasetti, a quien sorprendió señalándole que lejos de esperar que la Gobernadora le baje el pulgar al Intendente, la decisión es ir a fondo y bancar a Mar del Plata, y que él, es decir el mismísimo De la Torre, es el “amicus curiae” de la gestión. Ahí hubo críticas al diputado provincial Maxi Abad, poniendo en boca de la Gobernadora que se habría desencantado del joven político cuya introducción a las esferas del poder provincial impulsa el nuevo presidente de la Cámara Baja bonaerense Manuel Mosca. Un De la Torre encendido le dijo a su interlocutor que Mariú le preguntó a Abad, sin pelos en la lengua: “Vos, en Mar del Plata, ¿qué queres ser?”, a lo que habría recibido por respuesta un correctísimo “lo que el proyecto necesite”. Dice De la Torre que Mariú piensa que Maxi “es muy radical”, agregando que la presentación de la denuncia sobre corrupción en el Puerto el mismo día que la Gobernadora hacía anuncios para la pesca era un timing político errado. Cosas veredes.

Cruces y aspiraciones. La sentencia del juez platense Carlos Arias, que le indica a la Gobernación que debe reincorporar al ex jefe departamental Marcelo Di Pasqua, tuvo rápido vuelto. Por TN le pegaron un escrache a Di Pasqua que vino de aviso gratis. Algo así como “callate, disfrutá de la platita que vas a cobrar, pero ni sueñes con que vas a volver a algún cargo”. Mariú parece dulce, habla dulce, pero es un gallo con espolones.