Malas lenguas 882

Tribunalicias I. Con perfil híper bajo, inició el TOF Mar del Plata el juicio a Victorio Américo Gualtieri (60 años), Saverio Nicolás Gualtieri (62) y Hugo Alberto Barreña (67), presidente, vicepresidente y director de la ya quebrada firma Victorio Américo Gualtieri S.A. (VAG S.A.). Es éste un juicio con bemoles, que alcanzó 87 imputaciones penales que finalmente quedaron reducidas a 3. El juicio a quien fuera el principal beneficiario de obra pública durante la gestión al frente de la provincia de Buenos Aires de Eduardo Duhalde, llega al plenario a 9 años de cerrada la instrucción fiscal. Un tiempito pasó desde que se formularon los cargos hasta este presente. Los funcionarios de la fiscalía de Delitos Tributarios y Contrabando de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) están que se los lleva Belcebú, por la forma en que el tribunal integrado por Roberto Atilio Falcone, Mario Portela, y el ausente de toda ausencia Néstor Parra los ha destratado.

Tribunalicias II. Eso les pasa  a los fiscales de la PROCELAC por no frecuentar este medio. Si leyeran, sabrían que los abogados defensores de los encartados, Facundo Capparelli y Jorge Alberto Sandro, son viejos conocidos de los jueces mencionados. Todos ellos han jugado por estos lares diversos roles. Facundo Capparelli fue niño mimado del TOF; estaba para ser juez en Provincia, había subrogado un juzgado penal federal, y era el secretario del mismo tribunal en el que hoy litiga como defensor estrella. Lo eyectó el propio Falcone cuando este semanario y la 99.9 hicieron conocer a la comunidad que de la bóveda del TOF habían desaparecido 130 kilos de drogas. En una serie increíble de hechos dignos de una serie de intriga política y judicial, sólo quedó como responsable de tal maniobra delictiva un policía de la Federal, al que le cargaron el muerto por lo sucedido y lo metieron seis años preso. En el ambiente hay apuestas fuertes a que los defendidos de Capparelli y Sandro se van libres casi mágicamente.

Tensiones. Y que las hay, más allá de la blitz contra Vilma Baragiola. El tema de la designación de las sillas a ocupar en el Consorcio Regional del Puerto está para cualquier cosa. A tanto llega el estado de confusión, que el especialista en trifulcas violentas Rodolfo (a) “Fito” Chávez, al que se insiste en presentar como dirigente del SIMAPE, da cátedra sobre qué hacer con la administración portuaria, entrevistado por el mismo periodista al que hace un año y medio agredió físicamente junto a otros inquietos muchachos de esa agrupación. En cuanto a las designaciones, está todo pardo y a la espera de un laudo del gobernador Scioli. “La naranja” está que arde.

Lo dicho. Habíamos anticipado hace dos meses en este mismo espacio que Florencio Aldrey Iglesias quiere un sonoro homenaje en vida. Encaprichado que está, pretende que el nuevo shopping (Vieja Terminal), del cual sigue sin pagar la tasa ambiental, lleve su nombre. Ya consiguió que un inmutable como Ángel Fernández presente un proyecto en dicho sentido. El ex funcionario del área de Tránsito de Daniel Katz se justificó señalando que “es una persona que tiene una trayectoria empresarial indiscutida, generadora de trabajo genuino que siempre está presente en todos los eventos culturales de la ciudad”. Increíble, pero real.