Los conejos negros y la paja en el ojo ajeno

Fue una semana en la que los anuncios en materia de asfalto y mejoras en distintos puntos de la ciudad debieron haber colmado la cobertura mediática local. Pero no fue así: como es ya un hábito, la mentira, la manipulación y el acoso político-mediático a la administración dieron el tono.

La acción elegida fue ir por la persona de Evangelina Tedrós por su designación al cargo de jefa en el Departamento de Publicidad en el área de Inspección General. El secretario general de los municipales, el jefe de la división Conejo Negro —ya se sabe que no hay mago que los haga trabajar— dio un comunicado en el que apuntaba que “el nombramiento de la mujer es de nulidad absoluta y fue resuelto de manera unilateral violando las disposiciones de la ley 14656 que definen el marco laboral de los empleados municipales”. Agregaba que “es una desigualdad de hecho y de derecho con la planta de personal permanente y una violación flagrante a las normas que definen el marco jurídico de la carrera administrativa, el proceso de selección e igualdad ante la ley”. Mi Dios, cuánta sacrosanta indignación…

Veamos: el 4 de abril del presente año, los popes sindicales presentaron una nota al Ejecutivo en la que requerían exactamente aquello que hoy tanto los indigna para 400 funcionarios de planta con hasta 20 años de servicio en la planta municipal. Textualmente, decían en la nota cursada a la administración en la persona del intendente: “Nos dirigimos a Ud con el fin de solicitarle la confirmación del personal dado de alta en cargos jerárquicos hasta llamado a concurso  y cuyo listado se adjunta y forma parte de la presente. La nota, que los medios decidieron ignorar, seguía: “los agentes cuya confirmación se requiere llevan más de 12 meses en los cargos cumpliendo funciones, siendo dados de alta en 2006, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014  ,2015”. La misiva agrega particularidades del requerimiento que busca imponer 20 ascensos impulsados por el gremio sin concurso para acceder a los mismos.

Por todo lo mencionado y documentado, los dichos de Gilardi –parciales e injuriosos cuando le llama hijastra a Tedrós– en el sentido de que la designación es ajena a derecho y violatoria de las normas, son material inflamable al que hay que ubicar en la misma catadura con la que los asociados de Pulti han lanzado, una y otra vez, sus miserables campañas. El término “hijastra”, eliminado del Código Civil argentino por discriminatorio, ni siquiera aplica en el caso de Tedrós, porque su padre falleció teniendo ella 32 años, y Arroyo nunca ocupó ni pretendió ocupar ese sitio.

Como nota al pie digo: es un dato de la realidad que Carlos Fernando Arroyo la pasó muy mal emocionalmente con esta mendaz cuestión, pero no es menos cierto que el intendente debería ver la paja en el ojo propio, pues no destaca por su delicadeza emocional cuando de los demás se trata. Y eso tendría que revisarlo.