Números oscuros

ATAPA-MDQ

Se había publicado el 26 de diciembre de 2013 sobre la concreción de 26 allanamientos, el secuestro de 4 autos, 1 moto, 17 armas, 28.000 pesos más 28 dólares, 61 teléfonos celulares, documentación de autos y casas, con el resultado final de 6 detenidos y 6 prófugos. Detrás de tremendio inventario sobre cierta actividad criminal, estaba la banda que ejecutó al menos tres secuestros en Mar del Plata, entre ellos el de Guido Materia.

En conferencia de prensa, el jefe de la Bonaerense Hugo Matzkin y el fiscal ad hoc Carlos Martínez señalaron oportunamente que “las distintas tareas permitieron confirmar que la banda organizó y ejecutó los secuestros de Rodrigo Cristino el 28 de diciembre de 2012; de Daiana Domenech, el 28 de mayo de 2013, y el de Materia, el 27 de agosto. En los tres casos la banda cobró un rescate –de los que no se detallaron montos- y liberó a las víctimas horas después”.
La historia de Walter Gustavo Salazar, uno de los seis detenidos de la banda, se vuelve paradigmática, dado que arroja sombras sobre la naturaleza y honestidad de la información colectada por un funcionario policial en particular, el teniente Christian Adalberto Holtkamp, obviamente la supervisión de Carlos Martínez en su rol de fiscal, y del propio Alejandro Castellanos, juez de la causa.
La familia Salazar se comunicó conmigo, haciendo una precisa cita sobre los hechos ocurridos, cuyo detalle publicaré próximamente. Pero hoy, lo que cuenta es que una persona al respecto de la cual obran elementos fuertes de prueba que le excluyen ciertamente de integrar una banda extorsiva, cuya familia asegura y quiere testimoniar ante la justicia que es un trabajador simple y llano, lleva cuatro meses y medio preso como criminal.
Valeria Salazar, hija de Walter, dijo lo que es su verdad en el aire de la 99.9 hace unos días; acto seguido, el juez Castellanos envió a buscar y poner en su presencia al hombre al que nunca había querido escuchar. El juez Castellanos es conocido por ser un funcionario al que no le gusta la exposición pública a causa de su labor, y mucho menos ser cuestionado por acción o falta de acción. En la conversación que mantuvo con Salazar se mostró irritado, acusó a los defensores oficiales de “no hacer bien su trabajo”, y señaló que, del relato del encartado, le creaba dudas la cuestión del recorrido de la línea 531 (¿?), ya que le parecía que imágenes captadas por las cámaras de seguridad del banco HSBC de Luro e Independencia y presentadas por el defensor oficial en representación de este ciudadano, “podrían haber sido trucadas”.
El relato del comportamiento del juez, que corrió por cuenta de un hermano de Walter, Carlos, no es el único aporte en ese sentido en esta historia. Funcionarios policiales señalan que la información para esclarecer los secuestros de Cristino y Domenech estaba acreditada en el juzgado con anticipación al secuestro de Materia, y nunca el juzgado habilitó acciones tendientes a la dilucidación de tales episodios.
Otro tema de esta causa es el rol de un personaje vinculado al club Aldosivi, quien se manifestó, al momento de su detención, amigo de Castellanos, el juez, y de Valastro, el empresario pesquero. Curiosamente, fue liberado de inmediato y hoy clama por su inocencia pidiendo pista para decir lo suyo públicamente. Parece que el relato de las actuaciones oficiales frente a esta clase de delito está demasiado simplificado, para como son las cosas de intrincadas y oscuras en su verdadera naturaleza.