Un cierre por la vuelta

Retornó a la escena pública a su estilo, con una denuncia llena de interrogantes que no llevan a ninguna parte. Juan Manuel Pettigiani, fiscal federal ante el TOF, ex fiscal general adjunto de Fabián Uriel Fernández Garello, ex fiscal de Delitos Económicos, es, cuanto menos, un actor oscuro. Y oscuros son sus procedimientos. Obsesionado con ser intendente de la ciudad -nadie puede explicarse porqué se ve a sí mismo como capaz para ello-, la larga estela que dejó el nombre de su padre, Julio Eduardo Pettigiani -juez federal de la dictadura hasta su designación como secretario de Seguridad de Eduardo Duhalde, y de allí a hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia provincial- habilita que el apellido aparezca en encuestas como “conocido”.

Familia de suerte la de los Pettigiani. La reforma procesal penal de 1998 trajo a la Fiscalía General al hoy expuesto en horrorosas acusaciones criminales de lesa humanidad Fabián Uriel Fernández Garello, curioso personaje que creó causas penales desde la Fiscalía de Delitos Económicos para luego negociar en su despacho, rodeado de imágenes de Evita y Perón, las denuncias que él mismo llevaba adelante con un discurso político de toma y daca. Su gestión no resistiría una leve auditoría. Emilio Monzó -que suele ser citado como el ejemplo de “la política” en la puja políticos versus politólogos en la disputa interna de poder dentro del PRO- se comió una encuesta que daba como muy conocido el apellido Pettigiani. Como consecuencia le ofreció ser el candidato del PRO en Mar del Plata, antes de la constitución de Cambiemos. Pero 24 horas antes de ser dado a conocer, por medio de terceros, Pettigiani comunicó que se sumaba al Frente Renovador de Sergio Massa. Su difluencia crónica es algo que debería tratarse (tiene cura); su inestabilidad emocional y su sordidez, es obvio que no.

Juan Manuel Pettigiani tiene obsesión por lo publicado en portales locales. Inició una denuncia en contra del ex intendente GAP por compras para armar un árbol de Navidad en 2012; la causa nunca prosperó. Conociéndolo, me interrogo: ¿qué habrá negociado? Hoy se lanza con una situación montada por un portal: denuncia al presidente de OSSE por no presentar su declaración jurada. La Constitución Nacional, en su artículo 19 -y además en ausencia de una normativa jurisdiccional que sugiera lo contrario-, establece: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”. Debería saberlo el fiscal Pettigiani. Estas denuncias no las va a poder negociar, al parecer.