“Es un tormento lo que estamos viviendo”

Una de las integrantes de la comunidad boliviana que está sufriendo el atropello del juez Santiago Inchausti dio su testimonio en la 99.9. Acerca de la acusación de trata de personas, aseguró que “nosotros trabajamos en los campos porque nuestras familias se dedican a eso ancestralmente. Tenemos derecho a salir cuando queramos, vamos y venimos a Bolivia, otro país o provincias cuando queremos, podemos salir al centro o una fiesta cuando queremos”.

La detención de Toribio Gareca acusado de trata de personas por el juez Santiago Inchausti, ha generado una nueva preocupación, ahora en la comunidad boliviana, por el accionar de un magistrado que sin motivos concretos realiza este tipo de medidas.
En total, son 8 los imputados y la hija de una ellas, decidió romper el silencio en nombre de sus pares a través de la 99.9: “es la primera vez que nos pasa algo así. Se vivieron estas situaciones en otros paisanos con quienes nos juntamos porque nos conocemos entre todos”. 
Lejos de la trata de personas, las familias trabajan en las quintas como lo han hecho siempre en su país y ahora desarrollan la tarea en nuestro país. Lo que aclaró fue la total libertad con la que se manejan: “nosotros trabajamos en los campos porque nuestras familias se dedican a eso ancestralmente. Tenemos derecho a salir cuando queramos, vamos y venimos a Bolivia, otro país o provincias cuando queremos, podemos salir al centro o una fiesta cuando queremos. No hay rejas en los campos, incluso en el que se hizo la causa no hay tranquera y tiene distintas salidas. La mayoría de la gente en el campo son mis familiares, son primos hermanos”. 
Incluso la mayoría de los que están envueltos en esta situación, son jóvenes que utilizan las redes sociales con total libertad: “tenemos comunicación libre, utilizamos Whatsapp y Facebook. Comparten salidas, van a jugar a la pelota, hacemos asados, es un núcleo familiar normal. Somos de hablar muy poco, nuestra cultura es así, no es que tenemos miedo. La gente de Argentina es muy distinta a nosotros”.
La voluntad es lo único que cuenta en esta acusación y esta integrante de la comunidad boliviana remarcó que “trabajo en el campo porque nos gusta hacerlo, es nuestro ámbito y somos felices allí”. 
Mientras tanto, Toribio Gareca sigue detenido y sin comunicarse con sus hijos que son los que están atravesando una situación muy especial y difícil: “es difícil verlo, toda su familia está angustiada, sus dos hijos están destruidos porque tenían un padre que lo único que hacía era trabajar. Es un tormento vivir esto. Sus hijos son chiquitos y no entienden porque ahora está preso cuando sólo trabajaba en el campo. Son muy apegados a él y ahora no comprenden lo que está pasando. Todos los días las 8 víctimas preguntan por él”.
Lo que esperan es que esta inconsistente acusación sea retirada y para ello piden que incluso las autoridades de su país intervengan: “el consulado también tendría que tomar cartas en el asunto porque está integrado por bolivianos que residen en Argentina también”, concluyó.