El incendio se mantiene activo en cuatro frentes y ha obligado a cortar varias carreteras de Pedrógão Grande.
Pedrógão Grande es el infierno. Un lugar plagado, hasta el sábado, de bosques, de riachuelos y playas fluviales, con aldeas diseminadas entre desfiladeros y riscos donde el hombre a duras penas consigue cultivar algo, mucho menos llevar agua hasta aquí se ha convertido en el lugar de una de las peores tragedias de la historia reciente de Portugal. Más de 60 personas han muerto en el incendio forestal declarado este sábado en este término municipal del centro del país, donde viven 4.000 habitantes. El fuego, que todavía no se ha extinguido del todo y que ha afectado a más localidades, ha causado también 62 heridos, varios de ellos, de gravedad, según ha informado el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa. El jefe de Policía Judicial ha asegurado que no hay una “mano criminal” detrás de los fuegos y que la causa más probable del incendio es un rayo que alcanzó un árbol en una zona especialmente yerma.
El pueblo de Pedrógão es este domingo un lugar con demasiado silencio. El silencio de la desgracia, de la muerte que ha cruzado los montes como la rapidez del diablo. “Las llamas corrían como el diablo, más que nosotros”, describió el jefe de bomberos de Pedrógão, João Dias. Y así atrapó a los vecinos, a unos en la siesta, a otros huyendo de la casa en coche, a otros cuando volvían de la playa.
Al menos una treintena de las víctimas mortales perecieron carbonizados en sus coches, al no poder escapar de las llamas que les alcanzaron cuando transitaban por una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria. Allí, “familias enteras” quedaron atrapadas por el avance de las llamas, según han apuntado las autoridades. “Estamos ante la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo”, ha declarado el primer ministro luso, António Costa, quien subrayó la necesidad de tomar medidas para evitar que este suceso se pueda repetir. Portugal ha decretado un luto de tres días por la tragedia, que comenzará este domingo.
Las llamas se propagaron durante la tarde del sábado con una impresionante rapidez, según ha explicado el secretario de Estado de Administración Interna, João Gomes. Unos “vientos descontrolados” terminaron convirtiendo un fuego de bajas dimensiones en “un incendio imposible de controlar”. Los bomberos acudieron rápido, pero las llamas avanzaban aún a mayor velocidad. Los equipos que han conseguido acceder a la vía describen un “escenario horrible”, indicó Gomes, quien dijo además que entre los heridos hay cinco personas “en estado grave”: cuatro bomberos y un niño. En la zona se han desplegado equipos de psicólogos para atender a los supervivientes, que se encuentran “en estado de shock” y que en muchos casos han perdido a familiares en la tragedia.
“No sé nada de mi marido y mi hijo. Tampoco de mi cuñada y de mis sobrinas”, lamentaba esta mañana desesperada una vecina de Pedrógão Grande. “He vivido más de un fuego aquí, pero nada como este. Este es horrible, no se puede ni explicar”, dijo. “La casa de mi hermana ha ardido. Y mi casa todavía no lo sé. Me temo lo peor”, ha contado otra mujer a RTP. En Pedrógão Grande han ardido al menos 20 viviendas, según ha precisado Valdemar Alves, el regidor de ese término municipal, que ha relatado la noche de pánico que han vivido los vecinos de la zona.
El incendio, que tratan de controlar bomberos llegados de Setúbal, Coimbra y Lisboa, se mantiene activo en cuatro frentes y ha obligado a cortar varias carreteras de Pedrógão Grande, agregó el secretario de Estado. No lo están teniendo fácil: las temperaturas que se están registrando este domingo, en el que más de 1.000 efectivos siguen luchando contra varios focos, alcanzan los 35º. Junto a los equipos portugueses, dos aviones procedentes de España trabajan en las labores de extinción. Se espera que otros dos españoles, anfibios, lleguen también junto a otros tres aviones franceses. Además, la Unión Europea ha activado el mecanismo comunitario de protección civil para proporcionar ayuda a Portugal.
De hecho, en otra localidad cercana, Figueiro dos Vinhos, más de un centenar de personas han tenido que ser evacuadas por la cercanía de las llamas. “Vivo aquí dese 2001 y jamás he visto una cosa así”, relataba un vecino de Figueiro de origen angoleño. “Hemos pasado la noche cercados por las llamas, completamente aterrorizados. Esto va a quedar marcado como uno de los peores días que ha vivido el país”, ha dicho el hombre, que ha contado cómo él y su familia han pasado las peores horas de su vida esperando noticias de sus allegados y sin saber si les alcanzaría el fuego.
“El momento más tenso lo hemos vivido en el pueblo de Moninhos Cimeiros. Allí hemos evacuado algunas casas , pero si no lo hubiéramos hecho habría sido terrible. Ahora muchas viviendas se han esfumado”, ha comentado el bombero Mario Maia.
El Gobierno ha decretado en la zona el estado de contingencia, un nivel por encima del de alerta y por debajo del estado de calamidad. En esta situación, la población está obligada a obedecer todas las órdenes de los servicios de protección civil, incluida la guardia republicana y el ejército, y a incorporarse a las labores que se les pida.
Los mensajes de apoyo y de solidaridad con la tragedia que está viviendo Portugal se han sucedido desde primera hora de la mañana. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha prometido ayuda comunitaria para lidiar con el fuego. “Mis pensamientos están con las víctimas en Portugal. Felicito a los bomberos por su valentía. La UE ha activado un mecanismo de protección civil y ayuda”, ha apuntado Juncker en su microblog de Twitter.
Don Felipe y doña Letizia han transmitido también sus condolencias a través de un mensaje en la cuenta de Twitter de la Casa del Rey. “Sobrecogidos por la tragedia en Pedrógão Grande, toda la solidaridad y afecto de España con Portugal”, reza el texto de los Reyes. Felipe VI ha enviado además un telegrama al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al igual que Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno ha indicado en el texto que “España, país vecino y hermano, está al lado de Portugal para cooperar en las labores de extinción del incendio, así como para apoyar a las autoridades de protección civil”.