Paco y pasta base: así es la letal transformación en el cerebro

El efecto de una dosis dura de dos a cinco minutos. La adicción y toxicidad obligan al consumo reiterado, llegando a fumar una decena de dosis por día.

Todas las drogas son malas y tienen efectos nocivos y letales para la salud, tanto de grandes y chicos. En este espectro de variantes hay una en particular que su algo grado de toxicidad la convierte en una de los grandes peligros que enfrentan las sociedades en la actualidad.
La pasta base de cocaína o el paco, son en realidad el desecho de una droga. Surge como residuo de las cocinas o laboratorios en los que se elabora la cocaína, emerge como un resultado de una industria que busca la forma de introducir en el mercado hasta a sus desechos.
La pasta base de cocaína se obtiene de la primera inmersión de hojas de coca en acetona y kerosene o nafta. En cuanto al paco, es lo que se obtiene de lo que queda como residuo con los cristales de ácido sulfúrico, ácido clorhídrico y el éter.
Según expertos en salud del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el consumo intenso de paco puede producir muerte cerebral en al menos 6 meses. El adicto al paco puede fumar por día, en promedio, 10 a 15 dosis. El efecto de una dosis de paco dura de dos a cinco minutos. La adicción y toxicidad que produce y su corto efecto obliga al consumo reiterado, llegando a fumar una decena o más de dosis de paco por día.
Entre sus altos componentes tóxicos, que se emplean en su producción para abaratar costos, se encuentran el kerosene, el ácido sulfúrico, el talco, las anfetaminas y las aspirinas, y hasta vidrio molido de tubos fluorescentes, entre otros.
El fuerte poder adictivo del paco radica en la sensación de euforia que siente solo al ingerir las primeras dosis. Ese estado suele ser tan intenso como la angustia que sobreviene luego.
Durante la fase de euforia, que dura entre uno a cinco minutos, el aspecto del consumidor es similar al de los zombis que aparecen en la ficción: sus movimientos son torpes, se quedan sin habla, y se le abren los ojos mas de lo normal. Tras este estado sobreviene una intensa y aguda sensación de angustia, acompañada por un deseo de volver a consumir.

Consecuencias neurológicas y secuelas para el desarrollo

Según expertos en adicciones de la ONG Madres del Paco, su consumo afecta nocivamente al cerebro, hasta el punto que lesiona el lóbulo frontal. Como “consecuencia de la aspiración del kerosén se disuelve el recubrimiento mielínico de los axones, lo que impide la transmisión de los impulsos eléctricos en las neuronas”.
Las secuelas que generan tales lesiones impactan directamente en la conducta, con escasa capacidad de frenar los impulsos, de controlar la motricidad y la agresión, de pensar en las consecuencias de los actos, y de su conciencia moral.
Su consumo en etapas de desarrollo tales como la pubertad y adolescencia, deja secuelas que limitan el ulterior desarrollo de las funciones psíquicas tales como la memoria, la atención, la concentración, y por ende, la capacidad de aprender y de desarrollarse tanto psíquica como emocionalmente. Así, quien lo ingiere hipoteca sus posibilidades de progreso en el futuro laboral como la posibilidad de constituir una familia funcional.

Impacto por dentro y por fuera del cuerpo

Según informes de centros toxicológicos, el efecto del ácido sulfúrico que contiene el paco produce enfisema y cáncer pulmonar a mediano plazo. A su vez, la combustión del kerosén genera monóxido de carbono, el cual substituye el oxígeno en los eritrocitos del plasma, lo que genera expectoración de sangre o mucosa sanguinolenta del tracto respiratorio. A su vez, su consumo durante el embarazo produce mutaciones severas en el feto.
Otros de sus efectos son la degradación progresiva de la piel, el debilitamiento de los músculos, la reducción acelerada del peso corporal (en algunos casos produce anorexia), el desgano y el insomnio, la midriasis (dilatación de la pupila por encima del diámetro normal de 4 mm), náuseas, vómitos, hipertensión arterial, migraña severa y taquicardia. Frecuentemente produce ulceraciones en los labios y la cavidad bucal y por último, su consumo sostenido produce muerte cerebral a muy corto plazo.

Consecuencias sociales

Estos altos niveles de angustia conducen a acciones desesperadas para conseguir la droga, deviniendo problemas de índole familiar, social, judicial y de seguridad, explican desde Madres del Paco. Con tal de conseguir dinero para las dosis, engañan primero a sus padres y amigos y después terminan por robar o vender lo que tienen a mano. Otro aspecto significativo es que si bien, su consumo comenzó en los estratos bajos e indigentes, y se la consideraba como la “droga de exterminio” de las poblaciones vulnerables, en la actualidad su consumo se registra en todo el arco social, en clases medias y altas.
Por último, subrayan que sus hábitos de consumo está desplazando al uso de las otras sustancias y sus consecuencias forman parte del denominador común que hacen a las condiciones sociales de inseguridad, como robos, delitos, accidentes y violencia. El consumo prolongado de pasta base puede causar psicosis o pérdida del contacto con la realidad y alucinaciones.