Ricardo De Titto: “El aspecto más importante de la personalidad de Belgrano es su ética”

El historiador habló en la 99.9 sobre el creador de la bandera y la importancia de su legado para el país.

El Día de la Bandera es siempre una buena oportunidad para recordar a otra de las grandes figuras de la historia argentina como Manuel Belgrano. Al igual que con otros referentes de la historia argentina, a lo largo de los años ha ido sufriendo distintas versiones de su propia historia.

El historiador Ricardo De Titto, habló en la 99.9 sobre los principales aspectos para destacar del creador de la insignia nacional: “el aspecto más importante de toda personalidad es la ética, es lo que trasciende los tiempos. Los hechos se interpretan de distinto modo, Belgrano tuvo aciertos políticos y militares importantísimos, pero también cometió errores importantes; sin embargo no puede caber duda de que habló según su conciencia. En casi todos los episodios importantes de su vida, vemos que esa era la prioridad, actuar de acuerdo a sus convicciones”.

Tanto antes como después de la revolución supo ser tanto una de las personas activas desde lo civil, pero también desde lo comercial: “fue un reformista de los más audaces enmarcado dentro de lo que planteaban los borbones de ciertos liberalismos. Luego de la revolución, fue el revolucionario más decidido. Siendo un gran economista y un hombre de leyes, se calzó las charreteras para hacer la guerra en Paraguay y en el Alto Perú. Es maravilloso el ejemplo que dio, siendo de una familia económicamente muy solvente, terminó en la miseria”.

Dentro de la conversación, señaló que Belgrano tuvo acceso a lo que denominaban los “libros prohibidos” y para lo que se necesitaba la autorización del Papa: “se había convertido en un alumno destacado, lo eligieron presidente de uno de los institutos de estudio. Lo nombraron jefe del Consulado de Buenos Aires a perpetuidad y no era un cargo menor porque controlaba toda la economía del Río de la Plata. Belgrano estudia en España cuando transcurría la Revolución Francesa y, por más que la corona española intentó que no se tuviera noticias de los sucesos, era vox populi lo que pasaba en París y estuvo cerca de los acontecimientos”.