Todo por un lugar en La Doce

Existen empresas que pagan un canon para que la barra de Boca ponga sus banderas en el “corazón” de la hinchada. Entre ellas, hay empresas de transporte y logística, una casa que vende consolas de videojuegos y hasta un shopping de Canning. 

La DoceLa barra brava de Boca Juniors, más conocida como La Doce, ha sumado un nuevo “negocio” a la amplia lista de fuentes de ingreso de dinero que tienen: sponsors.
Hace un tiempo ya que en la tribuna de Boca aparecen banderas que no son las tradicionales, sino que, a cambio de dinero, gozan de un lugar de “privilegio” en el hábitat de los habituales violentos. Se trata de empresas que invierten en marketing en el lugar menos pensado: el corazón de La Doce.
Una de ellas es Alimac, que se encarga de la venta y distribución de consolas de videojuegos. Cuenta con 10 sucursales en el país y una bandera que los publicita en la barra de Boca. Este año comenzó a mostrarse y fue una de las pocas que no descolgaron los violentos cuando, en la cancha de All Boys y por la tercera fecha del Torneo, la policía ordenó bajar todas las banderas del alambrado.
En ese momento sólo quedaron sujetas dos banderas detrás del arco que defendía Oscar Ustari. Una rezaba “Jugador Nº12 Pte” y otra, más pequeña, con la inscripción “Alimac.com.ar”. La publicidad no es sólo a nivel local, sino que la bandera viajó a Montevideo y se instaló en la tribuna que la barra de Boca ocupó en el Estadio Centenario el 14 de marzo próximo pasado. La bandera de Alimac, ese día, estuvo inamovible, a la derecha de todos los trapos históricos de la hinchada. Esto sucede en todos los partidos que Boca juega de visitante o de local.
Al ser consultados por Clarín, los directivos de Alimac negaron la conexión diciento que “es sólo publicidad”. E indicó uno de sus gerentes: “no estamos financiando a los violentos, como sí lo hace otra gente, ni es un negocio tan grande como el que tienen con políticos o con las concesiones en el club”. Por su parte, personal de comunicación de la empresa señaló que “lo único que se puede decir es que los directivos son hinchas de Boca y que van siempre a la cancha”.
Está claro que el canon que deben pagar para que el nombre de la empresa esté en ese lugar debe ser de varios miles de pesos: “Publicitariamente, sirve. La televisión enfoca cinco o seis veces por partido a la popular. Y cada vez que la muestran aparece el nombre de la empresa”, cuenta otro gerente, que dispara la polémica al decir: “no sé si la imagen de la empresa queda mal”.
En mayo de 2012, la empresa regaló plateas para ver el partido entre Boca y Fluminense por la Copa Libertadores. Este es un dato curioso, teniendo en cuenta que el club no vende entradas a los que no son socios.
En Santa Fe, al año pasado, hubo otra bandera que se lució en la tribuna: Las Toscas Canning , el shopping de zona sur que también se alojó en ese difundido lugar. En este caso, hay una historia detrás. Según parece, desde ese emprendimiento salió dinero que financió parte de la campaña de Jorge Amor Ameal, ex presidente de Boca que dejó su cargo en diciembre de 2011.
Desde el seno de la tribuna indicaron: “nos sacan las banderas que hace años que llevamos a la cancha para colgar esas porque les deja plata”. El surgimiento de la idea fue en 2009: “le dieron 50 mil pesos a la barra para que baje un telón con una leyenda en contra de Clarín en un clásico contra River. Ahí se les prendió la lamparita …”.
No es el único lugar; en la caravana que hizo la hinchada en el Superclásico de 2012, hubo camionetas “ploteadas” y dos camiones que llevaban banderas y bombos de la barra al Monumental. Eran vehículos de Transportes Caccia e Hijos, una empresa de logística que colabora con La Doce y también tiene, a cambio, su lugar en la “popu”. Otra que aparece seguido es una con la inscripción Cocodrilo. Mauro Martín, hoy preso, en su momento habló con Eric Cantoná, que filmó un documental para la televisión francesa. Por abrir esas puertas íntimas, cuentan, también recibió dinero. Así La Doce recauda para lo suyo, aunque lo suyo sea la violencia.