Malas lenguas 1388

Ni operación política, ni un hecho menor I. La respuesta a lo publicado en la Nota Central 1387 de N&P fue que este medio «se había comido una opereta política de UP». Esto es en referencia al diferendo que existe entre el Ejecutivo —en la persona de Mariano Bowden— y la empresa PLANTEL por la primera licitación para la reparación de asfaltos en la ciudad cuyos fondos emanan de la tasa municipal sobre la carga de combustibles. En la FM 99.9, Bowden dio sus explicaciones de por qué se optó por la empresa PASALTO, la cual es propiedad de Roque Daniel «el griego» Akalestos. Lo que podemos afirmar, es que sus expresiones, en vez de atemperar el disgusto de quienes reclaman, sólo lo aumentaron.

Ni operación política, ni un hecho menor II. En la presentación que hace ante el Tribunal de Cuentas, PLANTEL señala que, en la licitación, se establecía que el municipio podía entregar las tres obras licitadas en conjunto o por separado, según conveniencia de precios. Ahí radica lo criticado, ya que, dos de las obras tenían un mejor precio ofrecido por PLANTEL —una firma de sesgo nacional— y PASALTO sólo en una, en la cual es vital tener una planta propia de hormigón. La crítica razonada, y expresada tanto ante la Justicia como el Tribunal de Cuentas, es que se obvió esta situación y se apalancó en una posterior quita ofrecida por PASALTO que fue posterior a la apertura de sobres. No luce ni como una operación, ni como un hecho menor. Se verá.

De la ciudad y el relato. Con el intendente decidido a recuperar el centro de la escena con un raid «mileísta» de práxis políica con conferencia de prensa los viernes y preguntas libres a los secretarios, una vez más se construye un relato que, por más que esté ajustado y bien producido, no puede tapar el cielo con un arnero. Vecinos de distintos barrios buscan respuestas, sin resultado. Un ejemplo, es el que relata Alicia, vecina del barrio Belgrano, en el aire de la FM 99.9: «fui personalmente y hablé con la persona encargada ahí. Le pregunté si era verdad que tres veces por semana hacían cursos de peluquería, uñas, pestañas y demás. Me lo confirmó y cuando le pregunté quien las había autorizado, me contestó que fue la Directora de Salud. Me indigné porque no están cumpliendo la función que deben. Había 6 personas ahí y no atendían a nadie, no hay turnos, nunca tienen. La gente va y no puede conseguir turno, los mandan a sacar por la página, es un desastre». No hay relato ni armado de medios que pueda ocultar los hechos.

Del estacionamiento medido, de lo que está muy mal, y de los conejos negros. Montenegro avanza como Patton en las Árdenas, yendo de frente al objetivo y descartando lo que sucede en los flancos. Hay interrogantes. Los mismos que controlan las teclas —aunque una, sería en singular— se dedican a fogonear en contra de un empresario que mucho y de buena forma invierte en la ciudad, al que buscan demonizar con mentiras. Curioso, porque el proveedor de dicho relato mendaz, parece ser el propio Ejecutivo. Eso es lo que pasa cuando uno no vigila sus flancos. Raro, y peligroso. En estos predicamentos se está mientras los conejos negros —porque no hay mago que los pueda hacer trabajar— recularon al quedar expuestos en su accionar violento. Eso sí: recién ahora descubrieron que hay cosas en la Municipalidad que no están nada bien.

De conejos negros y revelaciones. Fue una presentación del fiscal Leandro Arévalo la que disparó el tema: dos autopsias señalaban que, en cuerpos sometidos a pericias forenses, había mordeduras de ratas efectuadas postmortem. Arévalo lo comunicó a la fiscalía general, y ahí estamos. El tanatorio en cuestión está en el cementerio municipal y, como todo lo que depende del municipio, es un desastre. Ahí apareció la divisón conejos negros con un video acusando al intendente de ser el responsable de la tétrica situación. Sí, responsabilidad tiene, obvio. Ahora, ¿necesitaron cuatro años y algunos meses para advertirlo? ¿O tenían razones de peso para quedarse calladitos? ¡Cuánto canalla hipócrita!