Catrasca

Concluye una semana en la que luego de soportar una operación miserable de denostación y cuando parecía que podía gozar de alguna miel mínima, el Gobierno comunal otra vez se da de bruces por su propia torpeza.

Aprobado el Presupuesto 2017 por mayoría luego de obstáculos varios, la decisión de desplazar al jefe de Compras municipal Oscar Rossi por indicación directa del Intendente -como se ocupó de precisar el secretario de Gobierno Alejandro Vicente en la 99.9-, precipita nuevamente la interminable interna en la que vive Cambiemos, que suele resolverse por la vía de achacarle al lord mayor toda responsabilidad sobre cualquier tema del que se trate.

Fue Reinaldo José Cano quien se encargó de dar cuenta de lo que entiende es un error injustificable ya que, según sostiene, para remover a un jefe de Compras -funcionario de ley- se requiere de la aprobación del Concejo Deliberante o de una justificación cierta y determinada que aún no está expuesta.

Pero no fue lo único en una semana que ofreció la continuidad del espectáculo ofrecido por los gremios docentes aupados por el FPV y los accionistas marplatenses, insistiendo en una historia alejada de los hechos vividos en la escuela 205. Lo sucedido en la escuela  205 y los cruces por el desplazamiento de Rossi forman parte de una misma matriz: no hay afecto societatis entre los que, detrás del piloto de Arroyo, llegaron a la plana mayor de la intendencia de General Pueyrredon. Actúan como caníbales, sobre todo los que integran lo que llamo “el club de las viudas de Arroyo”: el caso más notorio es el de Gustavo Serebrinsky, que agita a diario, llevando la diatriba a un nivel de grosería y estupidez pocas veces vista, cuyo único justificativo es su propia ira y frustración por haber quedado fuera del presupuesto. Nada más que eso. Miseria humana extrema.

Se pedía que Oscar Rossi fuera defendido por ser afiliado radical. Interrogante: ¿acaso es un mérito ser afiliado a la UCR?, ¿su filiación partidaria tiene algo que ver con la razón de su desplazamiento? No parece serlo: había motivos de encono con Rossi ya por parte del exintendente Pulti, quien luego desistió de la acción, al advertir que necesitaba de la venia del Concejo, y la coyuntura política no le daba para tal maniobra.

Oscar Rossi ya milita su situación, y hace saber que apelará a la justicia. Cano, cuyo fastidio es por demás intenso, pidió públicamente que Rossi vaya por el Estado, pero que busque cargar patrimonialmente sobre el intendente. Pregunté en detalle sobre el tema, y el secretario de Gobierno insiste en que hay argumento legal suficiente y que Rossi debe volver a su cargo en el ENOSUR, al que pertenece en planta desde hace veinte años.

Dos cuestiones: es incomprensible que no se dé a conocer el resultado de la inspección a la escuela 205; hay hechos graves que la ciudadanía merece saber. La segunda: el intendente debería dar marcha atrás con la situación de Rossi. No lo han asesorado bien, y hay dictámenes del Tribunal de Cuentas y cuanto menos cuatro fallos judiciales en diferentes distritos que forman clara jurisprudencia a favor del reclamo que ingresara el día 6 de marzo en el contencioso administrativo. Otra derrota innecesaria.