La cadena hotelera planea construir siete nuevos hoteles en los próximos dos años. Mendoza, Chaco y Buenos Aires son las provincias elegidas.
El turismo receptivo muestra claras señales de recuperación, incluso en enero pasado creció 25% interanual y en este contexto las empresas hoteleras plantean proyectos para aprovechar la buena nueva. Tal es el caso de la cadena Howard Johnson que anunció una inversión de u$s40 millones a ejecutarse en los próximos dos años y que incluirá la construcción de siete nuevos hoteles.
El anuncio estuvo a cargo de Pablo Albamonte, director de la cadena hotelera, quien además agregó que los nuevos hoteles se localizarán en San Rafael (Mendoza), Resistencia (Chaco), en Dolores, Tandil, Lobos, La Plata y Zárate, todos estos últimos en la provincia de Buenos Aires. También se prevé un nuevo hotel en Asunción del Paraguay, el que junto a los otros siete se sumarán a los 43 ya existentes de la cadena en el país.
El empresario puntualizó que la cadena Howard Johnson (integrante del grupo Wyndham), genera hoy unos 2500 puestos de trabajo directo y otros 2000 de manera indirecta, y ha invertido en los últimos 20 años unos 250 millones de dólares, a los cuales se sumarán otros 40 millones en los próximos 24 meses, con la construcción de los siete hoteles.
Albamonte sostuvo además que el turismo debiera ser en Argentina “una política de Estado”, por lo que opinó que no se debiera haber “rebajado” esa cartera al nivel de Secretaría dado que esa actividad constituye “un permanente generador de empleo”.
El empresario opinó que pareciera “que nadie toma nota de que tal vez el único sector de Argentina que ha crecido un 3% promedio en forma consecutiva durante los últimos 20 años ha sido el sector de turismo”, y agregó: “En lugar de poner palos en la rueda, debieran ayudarnos a seguir creciendo”.
Acerca de los motivos por los cuales, a pesar de las condiciones complejas de la economía argentina, los inversores (“en general 100% capitales argentinos provenientes de familias”, aclaró el empresario) siguen apostando al país, Albamonte fue concreto: “Cada hotel es un legado, muchas veces familiar, y además tiene condiciones muy especiales. Tienen muy buena rentabilidad operativa, los años -en lugar de depreciarse-le agregan valor por prestigio de marca y fidelidad, y tienen renta constante. Pocos hoteles en el mundo se han fundido. Pero hay que trabajar mucho”, aclaró.