El “kernel”, además, es más económico y saludable, ya que aporta proteínas de alta calidad, fibra, muy bajo nivel de grasas saturadas y favorece la reducción del colesterol en sangre.
Las proteínas son un componente esencial para el desarrollo del cuerpo humano, la reparación de tejidos y la producción de enzimas tanto metabólicas como digestivas. Con el objetivo de elaborar un alimento económico con alto contenido proteico, especialistas del INTI y la empresa Enyetech produjeron en el país un hongo originario de Inglaterra, denominado Fusarium venenatum y rebautizado como Kernel, que tiene propiedades nutritivas superiores a las de la carne.
¿Cómo fue? Según explica Martín Blasco, miembro del Departamento de Bioprocesos del INTI, importaron el hongo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y construyeron todos los pasos necesarios para reproducirlo, a través de un medio de cultivo óptimo (con sales y glucosa).
BENEFICIOS. Son varios. Por un lado, Sebastián Taito, director operativo de Kernel, cuenta que el producto fue pensado para abastecer a zonas de altos requerimientos alimentarios, como comedores escolares, con un producto nutritivo y económico —a razón de dos dólares el kilo—.
Otra virtud interesante del Kernel es que se puede producir en condiciones controladas con poco requerimiento de espacio y genera un menor impacto ambiental que la carne, porque produce una décima parte de dióxido de carbono y utiliza 20 veces menos agua que la elaboración de proteína animal. Además, tiene alto porcentaje de fibras y bajo nivel de lípidos y grasas saturadas, por otro lado, al provenir de hongos, no contiene colesterol. ¿El dato interesante para vos que te gusta cocinar sano? “Tiene una textura similar al atún desmenuzado y su sabor es neutro, lo que le da mucha versatilidad para elaborar diferentes alimentos dulces y salados”, comenta Martín Blasco, miembro del Departamento de Bioprocesos del INTI.
A FUTURO. Los profesionales están trabajando en el diseño de un dispositivo hogareño para elaborar el hongo sin necesidad de contar con conocimientos específicos en biotecnología.
“La imagen ideal que tenemos es la de un electrodoméstico, del tamaño de un lavarropas, en el cual uno simplemente tendrá que cargar un “cassette”, similar a una cápsula de café pero de mayor tamaño”, concluye Fabián Nigro, director de INTI-Biotecnología.