La biotecnóloga fue una de las pocas investigadoras del CONICET que ha expuesto una mirada crítica de la realidad del sector y se refirió a ello en la 99.9: “cada vez que escucho que habrá una fuga de cerebros, digo que no hay muchos lugares para irse con cargos permanentes porque la crisis es mundial”.
La ciencia en la Argentina es un tema de debate constante pero pocas voces ponen una mirada crítica certera de lo que pasa puertas adentro al momento de emitir una opinión. Quizás la única que se ha animado a hacerlo públicamente es la biotecnóloga Sandra Pitta.
Su posición es clara y no forma parte del adocenamiento que habitualmente se lee y escucha mediaticamente: “en nuestro sector hay mucha autocensura, dependemos mucho de nuestros pares para las evaluaciones, hay muchos factores que lo hacen entendible si uno conoce el sistema. El sector es absolutamente endogámico, siempre lo fue y ahora se profundizó”.
A partir de la llegada del kirchnerismo al poder, esa endogamia se acentuó aún más: “con el advenimiento de Néstor Kirchner hubo una recuperación del sector, especialmente del CONICET aunque las Universidades fueron desfinanciadas. Eso parece haber generado una deuda eterna que suspendió el pensamiento crítico; no se podía decir nada en contra. Parece que la crítica siempre es destructiva, cuando no es así”.
Eso ha llevado a que incluso se remarquen cuestiones del gobierno de Mauricio Macri sin hacer una análisis profundo: “es tal el fanatismo que hay que lo único que parece que hay que hacer es aceptar que Macri destruyó el proyecto ARSAT, pero el resto de los temas no se discute. Se busca generar una confusión constantemente porque no había un sostén real para el ARSAT”.
Una de las principales críticas es que ha disminuido el ingreso de personal pero es complicado si no tienen los medios para desarrollarse según la experiencia de Pitta. “Se dice que antes ingresaban más becarios e investigadores, pero ¿tenían los recursos para trabajar? La verdad que no, cada vez el dinero alcanzaba para menos proyectos y había menos gente financiada. Me parece buenísimo que el sistema científico crezca pero si uno no tiene una mayor inversión incluso del privado que nunca la hubo, eso tiene un punto estacionario”.
Además, se lo trata de abordar como un problema argentino cuando es una situación global. La mayoría de los países están sufriendo el mismo problema. “La crisis es mundial, se salvan algunos países que están intentando generar un buen sistema científico como China y Singapur. En el mundo occidental, cada vez que escucho que habrá una fuga de cerebros, no hay muchos lugares para irse con cargos permanentes, puede ser con becas, pero no con cargos permanentes”, finalizó.