Tras cinco meses de protestas, el régimen del presidente Xi Jinping busca intervenir más decididamente en los asuntos de la ex colonia británica. Además de los cambios educativos, anticipó que “mejorará” el sistema de elección de la Jefatura Ejecutiva de la región especial.
China ensaya un nuevo abordaje ante las protestas que conmocionan a Hong Kong desde hace meses y que desafían su autoridad. El régimen del presidente Xi Jinping parece haber comprendido que con la represión sola no alcanza para frenar el descontento de una población que reclama más libertades y que no está dispuesta a vivir sometida como el resto del país.
Un modelo de “educación patriótica” es uno de los cambios que se quieren imponer. La idea sería implantar valores afines al modelo chino en los jóvenes hongkoneses. Algo que los sectores más críticos consideran un intento de lavado de cerebro.
La novedad fue anunciada por Shen Chunyao, un alto cargo de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del gobierno chino. El funcionario explicó en rueda de prensa que los dirigentes comunistas, reunidos a puerta cerrada esta semana, también decidieron “mejorar” el sistema jurídico de Hong Kong “para preservar la seguridad nacional”.
Los planes buscan “fortalecer la educación de la Constitución y la Ley Fundamental, así como las condiciones nacionales de China, en la sociedad de Hong Kong y en Macao, especialmente entre los funcionarios públicos y los jóvenes”. Las autoridades también buscarán reforzar las protecciones contra la interferencia extranjera en Hong Kong, algo a lo que los funcionarios chinos han culpado durante mucho tiempo por avivar la disidencia.
“A través de la educación histórica y cultural, nuestros compatriotas de Hong Kong y Macao deberían aumentar su conciencia nacional y su patriotismo”, dijo Shen.
En la misma línea se inscriben las “mejoras” anunciadas en el proceso de designación del jefe del Ejecutivo de Hong Kong, una de las reivindicaciones de los manifestantes, después de cinco meses de protestas prodemocracia en el territorio autónomo.
El régimen no precisó cómo iba a actuar para lograr esta “mejora”, ni si la misma iría en el sentido de un sistema más democrático como exigen los manifestantes.
Hong Kong es una ex colonia británica que fue devuelta a China en 1997. El territorio, en virtud de su “Ley Fundamental” (su constitución regional), disfruta de una gran autonomía y libertades desconocidas en China continental: libertad de expresión y de manifestación y justicia independiente.
Pero la región vive desde principios de junio manifestaciones casi diarias y cada vez más violentas, para denunciar lo que se considera una creciente injerencia de China y exigir reformas democráticas.
Los manifestantes reclaman, entre otras cosas, poder elegir por sufragio universal directo al jefe del ejecutivo de Hong Kong, actualmente nombrado por un colegio de 1.200 grandes electores sometido a Beijing.