Comienza el juicio por el asesinato del periodista que destapó las cloacas de la corrupción en Eslovaquia

Se sientan en el banquillo cuatro acusados de la muerte de Jan Kuciak cuando investigaba los vínculos de la mafia con altos cargos del Gobierno.

Eslovaquia asiste desde este jueves al juicio por un crimen que destapó las cloacas de la corrupción gubernamental y sacudió a la sociedad eslovaca hace dos años, cuando el periodista Jan Kuciak (27 años) y su pareja fueron asesinados a tiros en su casa. El joven, especializado en sacar a la luz redes del crimen organizado y casos de corrupción en su país, había señalado claramente al Gobierno del socialdemócrata Robert Fico y a varios empresarios de su entorno. El empresario eslovaco Marian Kocner comparece ante un tribunal desde esta mañana, acusado de haber ordenado el asesinato, en el que hay otras cuatro personas supuestamente implicadas.

El juicio pone a prueba la independencia de las instituciones eslovacas, tras una investigación que ha expuesto los vínculos de Kocner con policías y funcionarios. La aparente ineficacia de la investigación policial, que muchos interpretaron como connivencia con el crimen organizado, provocó unas manifestaciones consideradas las mayores de la historia de Eslovaquia desde la revolución de terciopelo, en 1989. Fico tuvo que abandonar el poder tras las protestas, al igual que su ministro de Interior y el jefe de la Policía, pero la coalición ha sobrevivido hasta ahora en medio de una gran crispación política y social en un país que el próximo febrero celebra elecciones generales.

El crimen hizo patente para muchos eslovacos la red de clientelismo, corrupción y relaciones entre crimen y alta política que se ha formado en el país, y generó un terremoto político que el pasado marzo aupó a la presidencia del país a Zuzana Caputova, una abogada activista que ha hecho de la limpieza judicial uno de sus lemas.

En el banquillo se sientan, además de Kocner, el expolicía Tomás Szabó y su primo Miroslav Marcek, acusados de ser los autores materiales; Alena Zsuzsova, considerada intermediaria. Los cuatro pueden ser condenados a cadena perpetua revisable. Un quinto acusado ha confesado su implicación y está colaborando con la justicia como testigo, y será juzgado aparte.