La sequía y las altas temperaturas contribuyen a la propagación del fuego en el estado de Nueva Gales del Sur, donde ayer resultaron destruidas 40 casas y miles de hectáreas por las llamas.
Tal como lo predijeron los meteorólogos, las temperaturas récord avivaron los devastadores incendios en Australia y las autoridades declararon ayer el estado de emergencia en Nueva Gales del Sur, la región más poblada del continente.
Mientras miles de bomberos combaten el fuego, los termómetros registraron un nuevo récord de calor en el país, por segundo día consecutivo, al alcanzar los 50 grados en algunas zonas.
Y lo peor podría estar por venir: los servicios meteorológicos consideran que las condiciones todavía pueden agravarse.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, justificó la declaración del estado de emergencia -declarado en este estado por segunda vez desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre- por las “condiciones meteorológicas catastróficas”.
Desde hace semanas, un centenar de incendios forestales asuelan Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sidney. La mitad de ellos siguen sin control, provocando nubes de humo tóxicas que alcanzan a la ciudad más grande de Australia.
Ayer, por lo menos 40 viviendas resultaron destruidas por las llamas en la región, y 800 desde que empezó la temporada de incendios, según lo refirieron las autoridades locales.
Un equipo de intervención rápida está en alerta “dadas la magnitud y complejidad de algunos de estos incendios”, afirmó Shane Fitzsimmons, jefe del servicio rural de incendios del estado. Por el momento son 106 los incendios activos en el estado, y 2500 los bomberos que intentan dominarlos.
Por su parte, los hospitales han constatado un aumento significativo en urgencias de pacientes con problemas respiratorios. El 10 de diciembre, cuando la calidad del aire era la peor de los últimos días, el número de personas ingresadas aumentó además un 80%.
Temperatura récord
Australia batió ayer el récord del día más caluroso desde que hay registros por segundo día consecutivo, con una media nacional de 41,9 grados.
Se trata de un grado más que el miércoles, cuando se alcanzó una nueva marca de temperatura al sobrepasar la del martes, que superó el récord anterior de 40,3 grados, en enero de 2013.
Más de 70 incendios hacen también estragos en el estado de Queensland, incluido uno en Peregian, cerca del centro turístico de Noosa, en la costa.
El sur y el oeste de Australia también son pasto de las llamas. Al menos tres millones de hectáreas se han quemado en las últimas semanas y seis personas murieron.
Los científicos señalan que este año los incendios han llegado antes y han sido más violentos de lo habitual debido a la sequía extrema provocada por el calentamiento global. Los matorrales secos propician el fuego. Incluso algunas ciudades se están quedando sin agua potable.
Los activistas del clima acusan al gobierno conservador de ser reacio a tomar medidas contra el cambio climático para proteger las importantes exportaciones de carbón del país.
Así, cientos de personas se manifestaron el miércoles y ayer cerca de la residencia oficial en Sidney del primer ministro, Scott Morrison, para pedir más medidas para reducir las emisiones australianas.
Su objetivo era poner en evidencia la ausencia del jefe de gobierno, que se encuentra de vacaciones en el extranjero mientras arde el país.
Australia también fue uno de los países más reticentes a adoptar en Madrid un acuerdo sobre la reducción de los gases de efecto invernadero en la reciente conferencia de la ONU sobre el cambio climático.