El especialista en temas de Defensa e historiador habló en la 99.9 sobre la necesidad de mantener la flota de la Armada Argentina en condiciones. También brindó detalles de las negociaciones para la compra de un submarino noruego y que sucedió con los brasileros que se pretendían adquirir.
La flota de submarinos sigue siendo un tema a resolver para la Armada. En las últimas horas, empezó a correr el rumor sobre la negociación para la compra de una unidad de origen noruego.
Un especialista en la materia como Ricardo Burzaco, dio un panorama de lo que había sido una negociación iniciada en su momento con Brasil para la compra de unidades y de lo que podría suceder con este nuevo panorama: “los submarinos brasileros ya estaban en la necesidad de una media vida, una reparación que se hace entre los 15 y 20 años que se adquieren. Es algo costoso y lo necesitaban. El submarino noruego es muy similar al ARA Salta que tiene la Armada, pero más moderno, con unos 15 años menos. Todo hace suponer que en Noruega lo actualizaron y podría servir para que Argentina no siga perdiendo capacidades”, dijo en la 99.9.
Paralelamente, la capacitación de los submarinistas se podría realizar en Perú, algo de lo que existen antecedentes en la década del 50, pero que generalmente se daba de manera inversa: “los submarinos que utlizarán para las prácticas no tienen una gran capacidad para llevar gente de observación, llevan pocos tripulantes. Podrá ir algún oficial o suboficial a capacitarse a Perú, pero con este contexto, también le quitan lugar a los propios peruanos”, advirtió.
Mientras tanto, Burzaco recordó que hay un submarino sobre el cuál no se ha llegado a resolver nada y que sería útil en el corto plazo: “no se toma ninguna decisión con el submarino Santa Cruz que está hace muchos años en reparación. Se está demorando tremendamente un cambio de baterías y una reparación general de casco. Tengo entendido que la Armada ya no lo quiere y es un submarino que, ponerlo en servicio, tardaría mucho menos que construir algo nuevo”.
Reparar y mantener las unidades que se puedan comprar es un desafío mayúsculo, porque sino se tratará sólo de un parche momentáneo. Si hay algo de lo que careció el país en estos últimos años, fue justamente de una estrategia para mantener sus embarcaciones: “en su momento, se mandó a hacer una reparación de media vida a Brasil en la época de Menem y por más que doliera, tardó dos años como debe ser. Luego, con la llegada del kirchnerismo, se les ocurrió acertadamente reactivar el astillero de submarinos, pero el Santa Cruz que tendría que haber entrado a reparación en 2003, terminó entrando en 2007. Hubo mucha espera para que el personal se fuera capacitando y otras cuestiones que llevaron que un trabajo de 2 años, terminara llevando 7. Mientras tanto, nos quedamos sin submarinos para que el personal tuviera adiestramiento. Fue todo una muy mala planificación”.
Ahora, si se pretende cambiar algo, el especialista remarcó que se debe apuntar a un primer punto clave: “se tiene que solucionar el tema de los fondos para la Defensa, es una condición sin equanon para no seguir perdiendo todas las capacidades. Lo tiene que aprobar el Senado, pero habrá que ver dentro de la reglamentación si es dinero para adquisición o para hacerlo funcionar y ser mantenidos adecuadamente”, finalizó.