Ursula von der Leyen lleva al Parlamento Europeo un paquete con un 66% de ayudas.
Un paso histórico que dispara tantas alarmas en algunos países del norte de la Unión Europea como alienta esperanzas en los del sur. La Comisión Europea ha aprobado este miércoles un plan de recuperación económica frente a la pandemia valorado en 750.000 millones de euros. De esta cantidad, 500.000 son ayudas y 250.000 préstamos.
Por primera vez en 70 años, llevará al club comunitario a endeudarse masivamente en los mercados financieros. Y, sobre todo, por primera vez en la historia de la UE, transferirá una parte de esos recursos en forma de subsidios a fondo perdido hacia los países más golpeados por una crisis tan inesperada como devastadora. Fuentes comunitarias indican que dos tercios del plan, medio billón de euros, serán inyectados como subsidios, distribuidos con una cuota de reparto que favorecerá a los países más golpeados por la pandemia. El resto, 250.000 millones de euros, serán distribuidos como préstamos, sin cuotas por países, pero con salvaguardas para garantizar que ningún socio absorbe demasiado en detrimento del resto.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hará público el proyecto a las 13:30 del mediodía ante el Parlamento Europeo. Pero el comisario europeo de Economía, Paolo Gentilloni, uno de los principales impulsores de la iniciativa, ya ha revelado por Twitter el montante del Fondo de recuperación.
La cifra se queda lejos de los dos billones de euros que había reclamado el Parlamento Europeo en una dura Resolución aprobada este mismo mes. Pero se acerca al billón de euros manejado en los últimos días. Y
El salto cualitativo en la solidaridad europea, como lo ha definido el vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, asusta a algunos países del norte, que temen el comienzo de una “unión de deudas” o una “unión de trasvases financieros”. Para los socios del sur, el nuevo Fondo de Recuperación es una señal esperanzadora y una compensación justa para mantener un mercado interior que beneficia mayormente al norte y que sin un reequilibrio en las ayudas por el coronavirus podría saltar por los aires.
Las ayudas de Estado autorizadas a raíz de la pandemia superan los dos billones de euros, pero casi la mitad han sido concedidas por Alemania a sus empresas, mientras que las otorgadas en España no llegan al 4% del total europeo. El enorme desequilibrio amenaza la capacidad de supervivencia de las empresas situadas en los países más golpeados por la pandemia. y tanto Bruselas como Berlín han acabado por reconocer el riesgo de fragmentación del mercado si las empresas de todos los países no pueden competir en igualdad de condiciones.