Los arrestos de Lam Cheuk-ting y Ted Hui, junto a los de otras 14 personas, están relacionados con las masivas movilizaciones antigubernamentales del año pasado.
Las fuerzas de seguridad de Hong Kong han realizado este miércoles una nueva oleada de arrestos en respuesta a las masivas movilizaciones antigubernamentales vividas el año pasado. Hasta 16 personas han sido detenidas; entre las que se cuentan dos legisladores pertenecientes al Partido Demócrata, Lam Cheuk-ting y Ted Hui.
Ambos han sido acusados de conspiración con terceros para destruir o dañar propiedad pública así como de obstrucción a la justicia, según han anunciado en sus perfiles oficiales en redes sociales. Estos cargos se remontan a una protesta celebrada el 6 de julio de 2019 en un parque del distrito occidental de Tuen Mun, la cual desembocó en un enfrentamiento entre la policía y los participantes, quienes rodearon la comisaría local.
El líder del Partido Demócrata, Wu Chi-wai, ha condenado los arrestos, a los que ha tachado de “arbitrarios”. “La fiscalía está manipulando los hechos”, ha manifestado, antes de añadir que Hui y Lam acudieron a la concentración para mediar bajo su condición de representantes políticos en caso de conflicto. Ambos permanecen de momento bajo custodia policial.
Lam también enfrenta la acusación de provocar disturbios, relacionada con el ataque ocurrido el 21 de julio del año pasado en la estación de metro de Yuen Long. Aquel día, más de un centenar de hombres vinculados a la mafia local –conocidas como Tríadas–, armados con varas de metal y palos de madera, atacaron a un grupo de manifestantes que regresaban de una movilización en el centro de la ciudad, así como a periodistas y otros pasajeros. Este suceso, también conocido como el Incidente 721, dejó al menos 45 personas heridas.
Las fuerzas de seguridad fueron muy criticadas por su lenta respuesta pese a encontrarse a poca distancia y cuando alcanzaron el lugar de los hechos la mayor parte de los agresores ya se había retirado. Por ello, muchos acusaron a la policía de estar involucrada en la operación, una hipótesis que tomó cuerpo cuando salieron a la luz unas imágenes captadas en el exterior de la estación, en las que se podía ver cómo varios agentes dejaban irse a algunos de los atacantes con una amistosa palmada en la espalda. El portavoz policial Chan Tin-chu se ha referido este miércoles a ese vídeo, aduciendo que dicho gesto era en realidad un “empujón” para ordenarles que se fueran.
Las fuerzas de seguridad, que han negado en todo momento cualquier participación, han culpado de lo sucedido a la actitud provocativa de los políticos prodemocracia. El superintendente Kong Wing-cheung, por ejemplo, aseguró en una entrevista concedida el año pasado que “hay un grupo de gente que fue a Yuen Long a causar problemas”.
Lam, precisamente, fue uno de los heridos aquel día, víctima de un corte que requirió de 18 puntos de sutura; por lo que su arresto este miércoles ha despertado la indignación entre la oposición. “El Gobierno está empleando el sistema legal y las fuerzas policiales como herramientas para reprimir voces y opiniones disidentes (…). Las autoridades no son creíbles y no han mostrado ninguna intención de remendar esta ruptura social. Sus abusos de poder tienen un efecto escalofriante”, ha apuntado Wu.
Trece de los 16 arrestos realizados a lo largo del día están vinculados con el ataque de Yuen Long. Amnistía Internacional se ha sumado a las protestas con un tuit. “Una nueva ronda de arrestos masivos de activistas prodemocracia es el último ejemplo de cómo el gobierno de Hong Kong está empleando la nueva ley como un arma con el que perseguir a los disidentes”. Estas palabras hacen referencia a la nueva Ley de Seguridad Nacional impuesta desde Pekín, la cual ha sido recibida en la comunidad internacional como un golpe casi definitivo al régimen de derechos y libertades que impera en la antigua colonia británica desde la devolución de soberanía, en 1997. Este marco legal justificó el primer operativo contra la oposición, llevado a cabo hace dos semanas, y que se saldó con la detención de, entre otros, Jimmy Lai, conocido empresario y fundador del principal periódico prodemocracia del territorio, Apple Daily.
También esa semana se confirmó el aplazamiento de un año para las elecciones legislativas, bajo el pretexto de que no es posible celebrarlas con seguridad a causa de la pandemia de coronavirus. Todo hacía presagiar que la oposición obtendría uno de sus mejores resultados históricos en estos comicios, previstos originalmente para el 6 de septiembre.