El presidente del Centro de Constructores se refirió en la 99.9 al reinicio de la actividad como modo de protesta y además, indicó cuál es el problema sanitario en la ciudad: “El Hospital Modular que tiene capacidad para 78 unidades de terapia intensiva tienen ne marcha 19 y el Houssay que iba a tener 60 unidades, ahora tiene cero”.
La industria de la construcción tomó una decisión y aún en plena Fase 3 volvió a trabajar en lo que denominaron como una “protesta a la japonesa”. Es decir: protestar trabajando.
El presidente del Colegio de Constructores, Leonardo Tamburini, señaló a través de la 99.9 que “ya hay gente en obra desde esta mañana. Desde que ayer la Unión Obrera de la Construcción decretó el paro trabajando, lo vemos como un derecho que tiene el obrero a protestar y creemos que todo el mundo va a hacerlo”. Por otro lado, destacó la importancia de este gesto: “hay que dearle el valor a esto, defender el puesto de trabajo empuja al empresario a abrir su obra, cambia la forma de protestar. Hacerlo trabajando y defendiendo el puesto tiene un valor tremendo cuando en Argentina la protesta va por el lado del bombo siempre”.
Lo que no comprenden aún desde el sector, es porque las obras públicas han continuado sin ningún inconveniente y ellos no, cuando las condiciones son iguales: “la obra privada quedó en la fase 4 cuando tenemos los mismos protocolos, insumos y operarios que la obra pública. Se la dio como esencial y entendemos que está bien, pero a nosotros nos asemeja a la industria de la construcción, quedamos en el mismo estadío que una peluquería o un bar, por ejemplo”.
El problema sanitario que se alega en la ciudad, tiene datos duros que a Tamburini se los refirieron internamente y lo compartió en la 99.9: “lo que ha pasado, en muchos casos, es que la disponibilidad de camas que tenían comprometidas no la lograron concretar. No cumplieron con lo prometido. El Hospital Modular que tiene capacidad para 78 unidades de terapia intensiva tienen ne marcha 19 y el Houssay que iba a tener 60 unidades, ahora tiene cero. Por eso tienen el sistema colapsado”.
Mientras todo esto sucede, muchas personas están pasando una situación desesperante porque necesitan trabajar: “tengo llamados todos los días de empresas chicas que sus dueños nos hablan llorando, pidiendonos que hagamos algo para recuperar la actividad porque están con los brazos caídos, no ven la salida. Es una situación sumamente injusta”.
Pero también, con esta discriminación injusta, han generado mayores riesgos de propagación del virus: “los obreros se han ido a hacer changas a otros lugares porque tienen que sobrevivir y lo hacen sin protocolos. En las obras, nosotros lo tenemos controlados y después de trabajar todo el día, vuelven y se quedan en sus casas a descansar”, diferenció para finalizar.