El gobierno previó un total de 800.000 metros cúbicos ante las mayores necesidades que anticipa la caída en la producción de gas. Este año se multiplicó en el sector de la generación eléctrica el uso de combustibles líquidos más caros que el gas por la falta del fluido.
El borrador para el dictamen del Presupuesto 2021 de la Cámara de Diputados, que podría tener media sanción este miércoles, establece en su Artículo 59° la exención del impuesto sobre los combustibles líquidos y del impuesto al dióxido de carbono a las importaciones de gasoil y diesel oil destinadas a abastecer a las centrales térmicas. Serán 800.000 metros cúbicos (m3) los que estarán desgravados del ICL y el IDC “a los fines de compensar los picos de demanda de tales combustibles, que no pudieran ser satisfechos por la producción local”.
La autorización plasmada en el dictamen de la Comisión de Presupuesto y Hacienda no es novedosa, sino que también había ocurrido en años anteriores. Pero marca la necesidad de planificar grandes volúmenes de importación ante un eventual faltante de gas natural en el invierno del año que viene.
Fuentes oficiales plantearon que con el Plan Gas 4, de próxima publicación oficial, se disminuirán las necesidades de utilizar combustibles líquidos para la generación eléctrica. En algunas áreas del Gobierno, de todas formas, no están convencidos y creen que por un rebote de la demanda (que acompañe una mayor actividad económica) saltarán las importaciones.
Los 800.000 metros cúbicos de gasoil que se podrán importar sin impuestos equivalen a 817 millones de metros cúbicos de gas natural. Para comparación, serían unos 41 días completos de importación de Gas Natural Licuado (GNL) o 22 días de uso de GNL y gas comprado en Bolivia durante el invierno, de acuerdo a los términos de la cuarta adenda de ese contrato.
De acuerdo a los datos públicos que presenta mensualmente la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA), entre enero y septiembre de 2020 las usinas termoeléctricas consumieron 710.000 metros cúbicos de gasoil, casi un 118% más que los 326.000 m3 que se habían utilizado en los primeros nueve meses del año pasado.
El incremento en el uso de líquidos, que resultan más caros para el sistema eléctrico y más contaminantes para el ambiente, también se verificó en el fuel oil: 336.000 toneladas en los primeros tres trimestres del corriente año, 92% más que las 175.000 toneladas que demandaron las plantas en el mismo lapso de 2019.
A la vez, la demanda de carbón mineral también aumentó. En los tres casos de uso de combustibles alternativos al gas natural, el acumulado de lo que va de 2020 resulta mayor a lo sumado en igual período de 2019 pero menor que en 2018.
Después de la crisis económica desatada hace dos años y medio, la recesión se profundizó año tras año, con la pandemia como motor de desestabilización desde hace casi ocho meses.
A nivel doméstico, la caída en la producción local de gas natural impactó en el mercado de la generación eléctrica y puede seguir haciendo ruido a futuro, si no se recomponen las variables.