La idea suena a ciencia ficción pero es ya una realidad. ¿Te imaginas autobuses que en lugar de consumir gasoil se muevan con las aguas residuales del alcantarillado?
No pongas esa cara de asco. No es lo que parece. No se trata de moverse directamente con las aguas sucias de las cloacas. La idea no es tan sencilla ni tan maloliente.
Básicamente se trata de producir biometano a partir de lodos de depuradora. Y luego sí, con ese gas que no huele a alcantarilla, que como el tradicional gas butano de las cocinas en su combustión prácticamente no huele a nada, usarlo como energía motora de los autobuses urbanos.
El círculo perfecto
Apúntate este nuevo concepto que cada vez más vas a escuchar: economía circular.
Una economía que frente a la de producir, consumir y tirar, apuesta por el círculo perfecto de la naturaleza donde, como ocurre con las croquetas de la abuela, nada se desperdicia; todo se aprovecha y reaprovecha.
Llegan las ecofactorías
Pero hablemos de esos autobuses de aguas sucias. La clave está en reconvertir las actuales plantas depuradoras en ecofactorías, en instalaciones generadoras de recursos de valor. Un ambicioso proyecto en el que está inmerso el Área Metropolitana de Barcelona a través del proyecto LIFE NIMBUS.
De este modo, los residuos de las depuradoras (lodos) serán utilizados como combustible gas para impulsar el transporte verde. A su vez, promueve la tecnología power-to-gas para almacenar los excedentes de las energías renovables.
Iniciativa catalana
En este marco, la planta de tratamiento de aguas residuales del Baix Llobregat, gestionada por Aigües de Barcelona, será la encargada de revalorizar los residuos produciendo biometano apto para la inyección en el transporte.
Para conseguirlo, se diseñará, construirá y se operará una planta de demostración de “metanación biológica” en la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) del Baix Llobregat.
Descarbonizar las economías
El biogas o biometano que se produzca, utilizado para alimentar un autobús público de la flota de TMB, es la oportunidad para vincular la generación de electricidad renovable con la descarbonización del sector del transporte, el cual demanda alrededor del 33% del consumo total de energía primaria en Europa.
De esta forma, se fomentará que el consumo de energía provenga de fuentes renovables y que la ciudad de Barcelona se acerque a la neutralidad climática propuesta para 2050.
El futuro ya está aquí. Y es circular, como el sol.