Suben 222% robos y 63% balaceras en bodegas de Nueva York

Se han convertido en un escenario más de la violencia callejera, sobre todo afectando a inmigrantes.

Asaltos, robos de mercancía y hasta ATM’s completos, balaceras, golpes y apuñalamientos: las bodegas de Nueva York se han convertido en un escenario más de la violencia callejera.

Estos negocios, tradicionalmente considerados partes de la comunidad, han experimentado un aumento del 63% en los tiroteos y las cifras de robos se han triplicado en 2020. Además, seis personas han muerto dentro o frente a estos pequeños locales.

Uno de ellos fue el joven Mohmediyan Tarwala, de 26 años, quien recibió un disparo durante un robo el 26 de octubre en la bodega “Crossbay Express”, donde trabajaba en Queens.

“Últimamente, después de la pandemia, no sé por qué, pero hubo gente que vino y nos amenazó”, dijo el gerente Hardik Parekh, de pie cerca del lugar donde su amigo colapsó. “Nunca pensé que terminaría en asesinato”.

Jason Maharaj, un oficial de policía fuera de servicio, estaba junto a la caja registradora cuando sucedió la tregedia. El agente NYPD se abalanzó sobre el pistolero, un hombre mayor sin hogar, y lo desarmó rápidamente. Posteriormente fue identificado como Steven Cohen (63) y acusado de asesinato.

En la primavera, cuando Nueva York se cerró y los artículos esenciales volaron de los estantes de los supermercados, las bodegas se convirtieron en un salvavidas para los ciudadanos que buscaban productos básicos difíciles de encontrar, mayormente cerca de sus casas.

También se convirtieron en paraísos durante el cierre pandémico, aún abiertas las 24 horas para comprar productos básicos, un billete de lotería o, en algunos casos, simplemente sentir un sentido de comunidad.

Pero a medida que la pandemia se ha extendido y un número cada vez mayor de personas han perdido sus trabajos o atravesado tiempos difíciles, las bodegas han pasado a ser los principales objetivos de una creciente ola de delincuencia, poniendo en peligro a los operadores, la gran mayoría inmigrantes.

La semana pasada, una niña fue captada por cámaras de seguridad huyendo mientras ladrones armados robaban la bodega donde trabaja su madre en El Bronx (NYC).

Durante los primeros ocho meses de la pandemia, hubo un aumento del 63% en los incidentes con disparos dentro o frente a las bodegas y tiendas, y una subida del 222% en los robos, según datos del Departamento de Policía obtenidos por The New York Times.

El aumento se produce cuando una segunda ola del virus golpea la ciudad y un fuerte aumento de la violencia armada ha afectado a los neoyorquinos desde el verano. En general, los tiroteos se han duplicado este año con respecto a 2019, y los homicidios han aumentado casi 40%.

Fernando Mateo, uno de los fundadores de “United Bodegas of America”, una organización que representa a unos 20 mil negocios de ese tipo en Nueva York, destacó que la pandemia había dado pie a un pequeño número de delincuentes para atacar las tiendas en los vecindarios, la mayoría de clase trabajadora que paga con dinero en efectivo.

“Algunos se están aprovechando de que todos usan máscaras para cometer delitos”, destacó Mateo. Y agregó que las bodegas están luchando por mantenerse a flote vendiendo artículos económicos como papas fritas, cerveza y leche, con pequeños márgenes de ganancia que a veces se miden en centavos. “Cuando les roban, les roban dólares reales”, dijo.

Debido a sus largas jornadas de trabajo, las bodegas siempre han sido blanco de delitos, pero también se las consideraba refugios seguros frente a la violencia callejera. Ese papel se puso de relieve en el verano de 2018, cuando el quinceañero Lesandro “Junior” Guzmán Feliz entró a una bodega del Bronx en un intento desesperado por escapar de los “Trinitarios”. Las cámaras de seguridad capturaron la espantosa escena cuando los pandilleros lo apuñalaron hasta matarlo.

Desde entonces, un puñado de propietarios de bodegas ha agregado medidas de seguridad, como botones de pánico, luces más brillantes y cerraduras especiales. Pero Mateo dijo que la mayoría de los operadores no pueden permitirse la seguridad adicional, que puede costar miles de dólares.

Policías como Nicole Spinelli y Corey Simpson, dos oficiales NYPD en el sur del Bronx, han estado advirtiendo a los operadores de las tiendas que enfrentarse a los ladrones puede ser peligroso. “Les decimos que no vale la pena lastimarse o incluso morir por un galón de leche de $3” dólares, dijo la agente Spinelli. La violencia “Puede escalar rápidamente. Nuestro consejo es llamar al 911″.

En septiembre, propietarios de bodegas de la ciudad se reunieron con el comisionado policial Dermot Shea en medio de la ola de robos y violencia con armas de fuego y puñales en sus negocios., incluyendo robos completos de cajeros automáticos ATM. Pero desde entonces la situación no ha mejorado.