La UE acaba de aprobar la vacuna monodosis de Johnson & Johnson, cuyas condiciones logísticas pueden ser claves para alcanzar la inmunidad de rebaño en los plazos previstos.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus sigas en inglés) ha aprobado la vacuna de Janssen tras una reunión extraordinaria de su Comité de Medicamentos Humanos celebrada este jueves. Será la cuarta que se administre en el Viejo Continente, pero, a diferencia de las que llegaron primero —Pfizer, Moderna y AstraZeneca—, la fabricada por la filial belga de Johnson & Johnson requiere una sola dosis.
Esto puede dar un vuelco a la pandemia. Teniendo en cuenta que cada inyección se traduciría en una persona inmunizada y que la Comisión Europea ha reservado 200 millones de dosis, de las cuales 22 millones corresponden a España, el ritmo de vacunación está llamado a acelerarse. Las condiciones logísticas también invitan al optimismo: la Ad26.COV2.S, como se denomina oficialmente, no necesita refrigeradores especiales (se conserva a entre dos y ocho grados centígrados) y, además, se producirá en Barcelona.
Según los ensayos clínicos, su eficacia es del 66%, un porcentaje que, ‘a priori’, parece muy alejado del umbral del 95% marcado por las vacunas de ARN mensajero e, incluso, por debajo del 70% de la vacuna de Oxford. No obstante, detrás de este dato hay muchos matices. A la fase 3 de las pruebas de Johnson & Johnson se sometieron más de 43.000 voluntarios en Estados Unidos, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú y México. Los resultados varían mucho de un país a otro: desde el 72% de Estados Unidos al 57% de Sudáfrica, donde es dominante una de las variantes del virus que más preocupan a los científicos.
Tal porcentaje se refiere a la prevención de la enfermedad, pero la eficacia en Sudáfrica se eleva al 85% cuando se trata de evitar casos graves en los 28 días siguientes a la vacunación. Después de 49 días, ni siquiera se registraron pacientes de gravedad entre los vacunados. La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), que autorizó la vacuna de Johnson & Johnson a finales del mes pasado, asegura que también protege contra las variantes británica y brasileña, algo que aún no puede decirse de sus predecesoras, pues sus ensayos se realizaron antes de que se detectaran las mutaciones en cuestión.
¿Cómo funciona?
Al igual que todas las vacunas aprobadas hasta la fecha, la de Janssen estimula el sistema inmunitario mediante la proteína S, una envoltura del virus en forma de punta (‘spike’, en inglés) que facilita la entrada del SARS-CoV-2. Su forma de hacerlo no consiste en enviar directamente a las células una ‘receta’ para fabricar esta proteína, como ocurre con las vacunas de Pfizer y Moderna, sino en transportar estas instrucciones a través de un vector vírico, es decir, una versión modificada de un virus inofensivo para el ser humano al que se le ha añadido material genético para generar la proteína S.
Es el mismo método que utiliza la vacuna de AstraZeneca, pero mientras que aquella se basa en un adenovirus de chimpancé, la de Janssen incluye un adenovirus humano (el Ad26), al que se le ha eliminado la parte del genoma responsable de su replicación. Se administra por vía intramuscular en el deltoides. Una vez que el Ad26 —modificado genéticamente para estimular la creación de la proteína S— llega a las células, genera multitud de copias de ARN con instrucciones para crear la proteína S. El sistema inmune reconoce que hay un cuerpo extraño y comienza a producir anticuerpos, al igual que ocurre con la infección natural.
Este adenovirus no puede replicarse en las células humanas, al haber eliminado previamente los científicos la parte encargada de su replicación, de tal forma que se degrada y acaba desapareciendo del organismo. La vacuna tampoco puede causar covid-19, pues la proteína S no provoca la infección si está aislada del resto del virus. Los primeros vectores virales se crearon en la década de los 70 y la propia Johnson & Johnson ya usó la misma técnica para producir una vacuna contra el ébola.
¿Quién puede recibirla?
A falta de que el Ministerio de Sanidad establezca a qué grupos poblacionales les corresponderá recibirla, la vacuna de Janssen está indicada para toda persona mayor de 18 años, a excepción de aquellas que sean alérgicas a sus componentes. La posibilidad de que se produzca una reacción alérgica grave es muy remota y existe tanto con esta vacuna como con las demás —y casi con cualquier fármaco—, de ahí que los servicios sanitarios suelan recomendar a los vacunados esperar entre 15 y 30 minutos antes de regresar a casa o a su puesto de trabajo para cerciorarse de que no hay ningún problema. Los efectos secundarios más frecuentes son:
- Dolor, enrojecimiento o hinchazón en el brazo donde se realiza la punción.
- Cansancio.
- Dolor de cabeza.
- Dolor muscular.
- Escalofríos.
- Fiebre.
- Náuseas.
Estos síntomas suelen aparecer al cabo de uno o dos días después de la vacunación, pero desaparecen en poco tiempo. En los ensayos clínicos, aparecieron siempre durante los siete días posteriores y tuvieron carácter leve o moderado en la mayoría de los casos. Fueron más comunes en la franja de 18 a 59 años que entre los mayores de 60.