Como si de la historia de Natalio Comte se tratara, al igual que en magistral novela de Marcos Aguinis, el presidente Alberto Fernandez busca explicaciones a los hechos que sólo existen en su mente.
En la extraordinaria obra de Aguinis, Comte busca desesperadamente en los oligofrénicos la razón de sus inquietudes con respecto al poder. El presidente le habla a los argentinos de un mundo nuevo en donde todos deberían “ser más pobres y más justos” como si se tratara de una realidad que los no creyentes no pueden abordar.
En febrero de este año se anunciaban detalles al respecto del fondo COVAX —liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)—, y de la que se planeaba fuera la primera fase de su programa de distribución de vacunas contra la Covid-19 a los 187 países que recurrieron al mismo, entre ellos, varios de América Latina: “Covax tiene como objetivo garantizar el acceso a la vacuna a países en vías de desarrollo en un momento en que la OMS advierte de la enorme desigualdad en la distribución de este fármaco contra el SARS-CoV-2. Desde la iniciativa tienen previsto distribuir 337,2 millones de dosis de vacunas de Pfizer y Astra Zeneca en una primera fase, que calculan podrán iniciar a finales de febrero, o ya en marzo”.
Fascinado con la zaga anti Estados Unidos que proveyó la controversia con la vacuna desarrollada por el complejo de laboratorios Gamaleia e impulsado por los efluvios pro Putin de Cristina Kirchner, el gobierno se embarcó en la promesa de millones de dosis, lo que rápidamente derivó en que La Campora se apodere del esquema vacunatorio.
Tal como le ocurrió a Natalio Comte en La Conspiración de los Idiotas, las alucinaciones en búsqueda de la razón de lo que ocurre fuera de lógica y de tiempo, lleva al delirio. En el colmo del delirio sectario, los integrantes de La Campora se eligieron ellos. Las imágenes de los jóvenes haciendo la V de la victoria —clásico de la identidad peronista— escalda el ánimo de la sociedad.
Tal como lo señala Eugenio Semino, defensor de la tercera edad: “los jóvenes deben saber que le han quitado a un mayor de 60 años su posibilidad de sobrevivir a esta pandemia”. No se ve un horizonte de vacunación masiva en Argentina. Sobrevuela la idea de nuevos encierros.
Recientes publicaciones buscan aupar los dichos de Carla Vizziotti cuya credibilidad esta implosionando por el Vacunagate y las sospechas muy fuertes de haber usado su cargo para hacer inocular a sus padres. La ministro dice que no habrá nuevos encierros masivos, que eso está descartado, pero los alfiles del Patria —como son los funcionarios de Salud de la provincia—, afirman lo contrario. Alberto Fernandez, como Natalio Comte, anda buscando a los idiotas que conspiran en el salón de los espejos de la Casa Rosada.