El psiquiatra y Jefe de Salud Mental del Área Sanitaria Batán habló en la 99.9 sobre el verdadero impacto del coronavirus en los penales que fue la excusa utilizada para liberar delincuentes con condena.
Durante la pandemia, se liberaron muchos presos con la intención de que no se contagien de COVID brindandoles una prisión domiciliaria que en Argentina no tiene control alguno. Uno de esos casos terminó con el crimen de María Rosa Daglio a manos de Alejandro Ochoa que tendría que estar cumpliendo sentencia.
En la 99.9, el psiquiatra y Jefe de Salud Mental del Área Sanitaria Batán, Francisco Bordón aseguró que “no hubo impacto del COVID en los penales. De toda la población penitenciaria del área Batán hubo contagios y un sólo fallecido de los 2.000 reclusos y el personal que trabaja ahí. La mayoría de la población que está detenida es de un promedio de edad de 22 o 23 años. No hubo un impacto significativo del virus”.
Por otro lado, señaló que la verdadera pandemia está en la droga ya que las personas detenidas en distintas medidas, tienen problemas de ese tipo: “la mayoría de la gente detenida, tienen problemas con las sustancias como la cocaína, el paco y el problema es con ese consumo. El porcentaje de personas con problemas de salud mental, es como la población general, un 5%. El tema del consumo de sustancias abarca un enorme porcentaje de los que están detenidos”.
La solución no es fácil y el Dr. Bordón lo sabe: “tenemos que atacar la raíz el problema. Hoy es el paco y el crack que es la moda y tiene una altísima tasa de consumo. La cantidad de droga que pasa al sistema nervioso central en poco tiempo es enorme con el crack y es mucho más adictivo”, advirtió.
Después de consumir, habitualmente delinquen y es cuando aparecen las situaciones violentas por un grado de excitación superior al habitual: “puede ser que haya un resentimiento de clases y cuando uno está encima nervioso o exaltado, todo se hace difícil. Muchas entrevistas que he tenido, les pregunté porque mataban al otro y me decían que vieron un gesto como que sacaba un arma y lo mataba. Ante estos nervios y la sensación de que es la vida de uno o la del otro, disparan. Hay que actuar con tranquilidad cuando el agresor viene de esa manera y te están violentando”, recomendó.
Esas son justamente las situaciones con desenlaces trágicos que habitualmente se ven en los medios, pero que para Bordón tiene más que ver con el estado de la persona que con un acto elaborado previamente: “la norma dentro de las evaluaciones que uno hace en situaciones judiciales donde hay homicidios, en general más que la premeditación, está lo absurdo constantemente”.