Un avión de la compañía suiza Comlux, piloteado por Enrique Piñeyro, recorrió los 19,483 kilómetros entre ambas ciudades en 20 horas y 10 minutos y obtuvo una marca récord.
Un Boeing 787, operado por la compañía Comlux, realizó el recorrido de 10.520 millas náuticas -19.483 kilómetros- entre Seúl y Buenos Aires, en un tiempo de 20 horas y 19 minutos. De este modo, se batió el récord de un Boeing de llevar a cabo el vuelo sin escalas más largo de la historia.
El piloto y comandante principal de esta hazaña fue el argentino Enrique Piñeyro, que entró con esta marca en la historia de la aviación civil internacional.
Fue la propia empresa Comlux, de origen suizo y dedicada a ofrecer vuelos chárters para clientes vip y cooperativos, la que informó sobre este récord en sus redes sociales.
El Dreamliner -como se les dice a los Boeing 787- matrícula P4-787 había despegado del aeropuerto Internacional de Incheon, en Corea, a las 12.57 (hora local) del sábado 26 de marzo, y aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza a las 21.16 del pasado domingo 28 de marzo.
El vuelo, con la nomenclatura técnica XAA4787, recorrió los 19.483 kilómetros que unen los dos puntos en las antípodas del mundo en 20 horas y 19 minutos. Sin escalas.
El propio Enrique Piñeyro, que estuvo en el comando del memorable vuelo que aterrizó en Ezeiza, señaló que este es “el vuelo más largo que se ha hecho nunca”.
El piloto, nacido en Italia y nacionalizado argentino, que además como cineasta es recordado por sus producciones WRZ (Whisky Romeo Zulú) y Fuerza Aérea S.A. señaló, en diálogo con este medio, que en principio no habían volado la nave en busca de ese récord.
“Estábamos haciendo un par de vueltas al mundo para ubicarnos en sectores y para entrenamiento y me pareció que era una buena oportunidad. Explorar la performance de un avión implica someterlo a pruebas complicadas y, obviamente, Seúl-Buenos Aires es una prueba complicadísima, es el vuelo más largo que se haya hecho nunca”, dijo Piñeyro.
Luego, el comandante del vuelo contó detalles de la travesía: “Hicimos un ascenso muy lento. Subimos de 35.000 pies a 43.0000 pies en 14 horas y 14 minutos. Recién casi lateral a la Isla de Pascua llegamos al nivel de crucero definitivo que era de 43.000 pies, algo así como 13.000 metros. Fue todo un gigantesco ascenso”.
“Lo más gracioso es que la computadora, cuando tiraba la distancia total del vuelo nos tiró hasta 9999, porque no estaba previsto que ese avión pudiera volar cinco cifras”, agregó.
De acuerdo a la página especializada en aviación civil Aviaciónline.com, la distancia que puede recorrer un Boeing 787 como el que realizó la marca récord puede ser de 14.200 kilómetros -7700 millas náuticas-, pero con una planificación adecuada y un mix correcto de pasajeros o carga, el trayecto puede extenderse de manera significativa.
El récord de distancia de vuelo lo tenía anteriormente la nave Qantas B787-9, que voló durante 19 horas y 16 minutos recorriendo el trayecto desde Nueva York, en Estados Unidos, a Sídney, en Australia, como parte del proyecto llamado Sunrise Trial.
Este avión de la compañía australiana Qantas Airways había batido el récord sin escalas en el mes de noviembre de 2019, -realizó un vuelo similar en octubre y otro en diciembre- como parte del Proyecto Sunrise Trial, que buscaba relevar el comportamiento de los pasajeros en viajes largos.