Se trata de Stepan Latypov, que fue apresado en el medio de una masiva marcha opositora contra el presidente que gobierna ese país hace 27 años.
El activista bielorruso Stepan Latypov, arrestado el año pasado en el marco de las masivas protestas contra el presidente Alexander Lukashenko, intentó suicidarse en la sala del tribunal donde se desarrollaba un juicio en su contra.
Según reportó la prensa local, al ser ingresado en una celda en medio del tribunal, Latypov sacó un objeto, se presume que una lapicera, de una carpeta con algunos documentos, la deslizó por su garganta y luego se cortó las manos.
La imagen del activista ensangrentado fueron subidas a las redes por testigos del juicio y enseguida dieron la vuelta al mundo. En el video se ve cómo los guardias no pudieron abrir rápidamente la celda donde estaba porque no tenían las llaves.
Según el centro para los Derechos Humanos Vesna, Latypov denunció que los investigadores habían prometido que “si no se declaraba culpable”, se abrirían procedimientos penales contra “familiares y vecinos”.
Latypov fue arrestado en septiembre de 2020 cuando, junto con sus vecinos, quería evitar que se borre el mural que representaba a los DJ que habían tocado la canción de protesta “Peremen” en un mitin de la oposición, poco antes de las elecciones presidenciales.
Los activistas de derechos humanos consideran a Latypov un preso político del régimen de Alexander Lukashenko.
Bielorrusia, en tensión
El intento de suicidio se produce luego de una semana política convulsionada tras el repudio internacional al secuestro de un avión de la aerolínea RyanAir que fue obligado a descender en el aeropuerto de Minsk para detener al periodista bielorruso crítico con el poder Román Protasévich y su novia rusa Sofia Sapega, que iban a bordo del mismo.
“No ha habido un solo día sin que el régimen rompa el destino de un inocente en todo el año. El mundo ha sido shockeado por la noticia de Román Protasévich la semana pasada, pero al mismo tiempo, cientos, miles de personas son torturas en prisiones en Bielorrusia”, denunció Sviatlana Tsikhanouskaya, líder de la oposición que vive en el exilio.
La dirigente contó que Latypov fue sacado del tribunal inconsciente. “No sabemos si sobrevivirá”, dijo. “Tampoco sabemos si el resto de los prisiones y rehenes van a sobrevivir”, agregó.
“Pero sabemos que esto tiene que parar de inmediato. Dejen de matar a nuestros chicos. Dejen de matar a nuestras familias. Dejen de matar a su propia gente. Dejen de hacer lo que les quita el derechos de ser llamados seres humanos”, reclamó la opositora desde Vinla, capital de Lituania, acompañada por senadores de Estados Unidos que acusaron a Lukashenko de ser una amenaza a la paz internacional.
Stepan Latypov fue detenido en una plaza de Minsk que llegó a ser conocida por algunos residentes locales y medios de comunicación como la “Plaza del Cambio”.
¿Su crimen? Haberse parado frente a un mural para evitar que militantes oficialistas, custodiados por la política, pintaran sobre grafitis de la oposición.
La policía lo acusó de organizar disturbios, de resistencia a la autoridad policial. Luego, en la televisión estatal que responde a Lukashenko, se lo acusó de intentar envenenar a un oficial. El activista negó siempre todas las acusaciones.
Hoy fue un paso más allá e intentó quitarse la vida para denuncias las torturas y presiones del régimen de Bielorrusia ante la mirada del mundo.
Los medios críticos del presidente bielorruso, que gobierna hace 27 años con apoyo del ruso Vladimir Putin, denuncian que el país tiene 436 prisioneros políticos, de los cuales 35 son periodistas.
El último fue Protasévich, cuyo encarcelamiento despertó críticas a nivel mundial e incluso del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que impuso sanciones a Bielorrusia, al reinstaurar un “bloqueo total” a nueve empresas estatales de Bielorrusia.