El investigador del CONICET habló en la 99.9 acerca de un estudio que llevaron adelante para evaluar el posible impacto de la Ivermectina y además, brindó su opinión sobre la forma en la que se aborda la pandemia.
Desde un punto a esta parte, hay una fuerte campaña acerca del uso de la Ivermectina para el tratamiento del COVID-19 que ha generado mucha controversia. Mientras tanto, la ciencia trata de avanzar en encontrar certezas al respecto como un posible tratamiento.
Se ha publicado una investigación al respecto que no tiene carácter de ensayo clínico pero que, a futuro, puede brindar algún tipo de esperanza. Sobre ese tema, brindó detalles en la 99.9 el investigador del CONICET, Dr. Marcos Mayer: “siempre se esperan los ensayos clínicos para el uso de fármacos en el tratamiento de pacientes, antes de prescribirlo sobre todo en condiciones normales. Frente a epidemias es donde a veces los tiempos nos corren y nos obligan a evaluar otras alternativas en el mientras tanto”.
Luego aclaró que “al día de hoy, no se ha demostrado que la Ivermectina es una herramienta efectiva y segura. Hay estudios en curso y decididamente la gente no debería automedicarse ni tomarlo por su cuenta“. Respecto del trabajo específico que realizaron, agregó que “no fue un estudio clínico, sino que nos basamos en una guía de la OMS en cuanto a cuestiones éticas en el manejo de la pandemia donde se habla específicamente de cuando y como se pueden utilizar fármacos experimentales para tratar una patología que no tiene tratamiento efectivo”.
El mecanismo utilizado fue administrar el fármaco con un seguimiento específico de respaldo: “a los pacientes dignosticados con COVID dentro de los 5 días de iniciados los síntomas, se los invitaba a participar del programa donde la Ivermectina se administraba pero con un seguimiento especial de monitoreo constante. Básicamente lo que hicimos fue evaluar que la intervención sea segura. Fue una evaluación, no un estudio científico, pero observamos que la evolución de los 2.000 pacientes fue significativamente favorable”.
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Si bien no es un estudio terminado, está también el trabajo que se ha realizado para tener vacunas rápidamente, algo que en otras pandemias o situaciones similares demoró muchísimo tiempo más. “La velocidad de desarrollo es esperanzador para problemas futuros. Va de la mano de la tecnología molecular en parte pero también el hecho de que toda la humanidad a estado trabajando alrededor de este problema”, opinó el Dr. Mayer.
Dentro de su análisis del desarrollo de la pandemia, dejó en claro que no es positivo dedicarse sólo a contar víctimas, sino ahondar en los problemas de fondo en cada caso: “es un problema mayor no sólo por el número de personas que fallece, sino por la velocidad de la transmisión, la capacidad para desbordar en muy poco tiempo los distintos sistemas salud. Luego existe una tendencia de contar los números diariamente que no es algo que ayude porque hay múltiples problemas de salud en el mundo que contribuyen a la mortalidad. Sin ir más lejos la obesidad misma que se empezó a ver como una enfermedad crónica que condiciona la salud de las personas”.