Los medios del régimen de Xi Xinping han utilizado la debilidad mostrada por EEUU en su salida del país afgano y apuntan a que ocurrirá algo similar con Taiwán.
¿Qué tienen en común Afganistán, Irak, Somalia, Líbano y Vietnam? Con esta pregunta abría una columna de opinión en el periódico ‘Global Times’, considerado la voz internacional de la propaganda china. La respuesta, según su autor, Franz Gayl, ‘exmarine’ estadounidense veterano de Irak y ‘whistleblower’ del Pentágono, es clara: todos fueron abandonados por el imperialismo de Estados Unidos. China está explotando al máximo la caótica salida norteamericana de Afganistán para lanzar un claro mensaje de advertencia a Taiwán: en caso de que haya un conflicto armado, Washington no irá a su rescate.
El diario oficialista publica, además, un editorial titulado “El abandono de Afganistán es una lección para el PDP de Taiwán”. La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, del Partido Progresista Democrático (PDP), fue reelegida en enero de 2020 con el 57% de los votos. Poco después de su victoria, la mandataria insistió en que no cederá a las presiones chinas, que reclaman su soberanía sobre el territorio: “No aceptaremos el uso por parte de las autoridades de Pekín del principio ‘Un país, dos sistemas’ para degradar Taiwán y socavar el ‘statu quo’ en el Estrecho. Nos mantenemos firmes en la defensa de este principio”.
La ilustración que acompaña el editorial del ‘Global Times’ muestra a la presidenta Ing-wen a punto de caer por un oscuro agujero, empujada por el águila que representa a EEUU. El texto —el más leído del día en la página— comienza con una lección de historia ‘a la china’, según la cual Estados Unidos provocó la Revolución francesa tras traicionar a su aliado Luis XVI. El propio director del medio, Hu Xijin, ha tuiteado: “Tras la caída del régimen de Kabul, las autoridades taiwanesas deben estar temblando (…) Los funcionarios de Taipéi deberían pedir silenciosamente una bandera roja con las cinco estrellas de la China continental. Será útil cuando se entreguen al Ejército Popular de Liberación”.
En el mismo periódico, el artículo supuestamente informativo que abría la portada se titula: “El fracaso de Estados Unidos en Afganistán sirve como advertencia a los secesionistas taiwaneses”. Para el ‘Global Times’, no nos encontramos solamente ante un ‘nuevo Saigón’ —en referencia a la traumática salida de EEUU de Vietnam—, sino que es el último de una serie de casos en que los intereses de los aliados estadounidenses quedan olvidados en el momento en que dejan de converger con los de la superpotencia mundial.
Taiwán sería el próximo en caer, o lo habría sido ya, según cuenta el artículo citando a un experto de la taiwanesa Sociedad de Estudios Estratégicos y al miedo que reflejan supuestas publicaciones en redes sociales y medios locales taiwaneses. La publicación en EEUU de la Ley de Relaciones con Taiwán en 1979, el reconocimiento del Gobierno de la República Popular China y el viaje oficial del entonces presidente, Jimmy Carter, son los hitos que, a ojos del gigante asiático, muestran que la desconexión estadounidense de Taiwán ya habría ocurrido. Pese a estar escrito en inglés, el mensaje de Xi Jinping a través de sus medios de comunicación no va dirigido solo a sus rivales norteamericanos: el destinatario principal es el ‘secesionismo’ de la isla, en palabras del diario del Partido Comunista de China.
Si continúan su enfrentamiento directo con la China continental, advierten tanto la información como el editorial, Estados Unidos abandonaría a Taiwán cuando dejara de interesarle, como hizo primero con Vietnam y ahora con Afganistán. El Gobierno taiwanés “necesita mantener la cabeza sobria, y las fuerzas secesionistas deben mantener la capacidad de despertar de sus sueños”, reza el texto que refleja la posición de ‘Global Times’ y, por ende, la del Partido Comunista y el Estado chinos. El primer ministro taiwanés, Su Tseng-chan, ha tenido que salir al paso de las amenazas que llegan desde el otro lado del Estrecho: “A las fuerzas extranjeras que quieren invadir y apoderarse de Taiwán, les decimos que no sean ilusos”, ha dicho a Reuters y otros medios.
Una amenaza concreta sobrevuela los mensajes dirigidos a Taiwán como reacción a lo que está pasando en Afganistán. ¿Qué ocurriría en caso de que comenzara un conflicto armado en el mar de la China Oriental? ¿Vendría EEUU en ayuda y socorro? Taiwán no colapsará como Afganistán, ha defendido el ‘premier’ Tseng-chan, y su Gobierno no huirá del país: “Cuando el Partido Nacionalista chino instauró un régimen autoritario y 38 años de ley marcial en Taiwán, nosotros vivimos sin miedo a la muerte ni a la cárcel. Abrimos la puerta de la democracia”. China apuesta que no será tan sencillo, o al menos eso quiere hacer creer a sus vecinos.