La justicia alemana ratifica la cadena perpetua a una neonazi

Beate Zschaepe, de 46 años, podría pasar el resto de su vida en la cárcel.

El Tribunal Supremo de Alemania rechazó ayer la apelación contra su cadena perpetua de Beate Zschaepe, única superviviente de un grupo neonazi que atacó a personas de origen turco y otras minorías en una ola de asesinatos que duró siete años.

La Corte Federal de Justicia dijo en un comunicado que había rechazado su apelación contra la sentencia dictada hace tres años y dictaminó que sus crímenes eran de tal gravedad que podía permanecer en prisión por más tiempo que la cadena perpetua estándar de 15 años.

La duración exacta de su condena se decidirá durante su encarcelamiento, que en principio podría durar hasta su muerte.

Zschaepe, que los medios calculan que ahora tiene 46 años, estaba entre los cabecillas de la organización terrorista Clandestinidad Nacionalsocialista, un grupo que mató a ocho personas de origen turco y una de origen griego entre el 2000 y el 2007, así como a una policía.

Zschaepe se encargaba de la logística y las finanzas del grupo, estableciendo casas seguras para los asesinos.

Los cabecillas, Uwe Boehnhardt y Uwe Mundlos, que se cree que llevaron a cabo los asesinatos, murieron antes de ser arrestados en lo que pudo haber sido un asesinato-suicidio tras un robo fallido en el 2011.

El tribunal federal también confirmó las condenas de dos cómplices: Ralf Wohlleben, quien proporcionó al trío una pistola y un silenciador que sabía que planeaban usar para los asesinatos, y Holger Gerlach, que proporcionó al grupo un arma de fuego y documentos de identidad falsificados mientras sus miembros estaban en situación de prófugos.

Un tribunal regional de Munich declaró a Zschaepe culpable en el 2018 de diez cargos de asesinato. También fue declarada culpable de pertenencia a una organización terrorista, participación en dos atentados con bomba y más de una docena de robos a bancos, además de intento de asesinato por prender fuego al escondite del grupo después de que saliera a la luz su existencia.

Activistas antirracistas han acusado a las autoridades alemanas de numerosos errores durante la investigación de los asesinatos. Gamze Kubasik, ­cuyo padre, Mehmet Kubasik, fue asesinado por el grupo en el 2006, acogió con agrado la de­cisión judicial y pidió a Zschaepe que revele los nombres de otras personas que ayudaron al grupo.