Así lo indicó el abogado que defendió a dos de los acusados en la causa del Camping “El Durazno” donde se habló todo el tiempo de una violación y se comprobó durante el juicio que no había sido de esa manera.
El fallo absolutorio en el causa del Camping “El Durazno” donde había una acusación de violación masiva cuando realmente no fue eso lo que sucedió, generó una serie de respuestas durante todo el fin de semana pero que no mostraban todas las realidades que fueron atravesando el juicio por jurados que finalizó el viernes.
El abogado Martín Bernat defendió a dos de los tres acusados y contó lo que fue sucediendo a través de la 99.9: “estoy en esta causa desde el segundo día. Ví como se llevó adelante el proceso y lo sufrí. Cuando el fiscal requiere la elevación a juicio, el defensor puede decidir que tipo de juzgamiento quiere. Tomamos dos decisiones, primero no nos opusimos a la elevación a juicio y por otro lado elegimos el juicio por jurados”. A pesar de que no fue sencillo que se entendiera esa decisión, resultó la correcta: “a veces es difícil que el cliente entienda que un juzgamiento entre sus pares es correcto, se discutió entre los abogados. Sin lugar a dudas, un juicio técnico creo que no hubiera permitido hacer justicia”, afirmó.
Poco importó la realidad desde un primer momento y extrañamente se empezó a instalar un relato alrededor de lo que había sucedido en el Camping de Miramar. “Hubo muchos actores. Hay un cerco para que podamos hablar y ventilar ciertas cuestiones. Desde el primer día estaba la duda sobre si el relato era veraz o no. Se pudo acreditar que no se podía creer en el relato y no existió delito. Creo que es un llamado de atención para la justicia porque hay que considerar a todos los actores. Hay una ponderación cada vez menor del estándar probatorio. Los jueces son cada vez menos libres para resolver de acuerdo sus convicciones”, afirmó el letrado.
Cuando comenzó la causa, no había claridad sobre lo que había sucedido y repentinamente se empezó a hablar de esta situación de violación sobre la menor de 14 años pero por cuestiones judiciales, no se puede exponer porque se tergiversó la realidad: “el llamado al 911 lo realiza el padre de la joven comunicando una situación que no se terminaba de entender. Que su hija había estado fuera de la cabaña y había pasado la noche con otros jóvenes. Luego la policía concurrió a la media hora y los jóvenes estaban esperando ahí tranquilos porque no habían cometido delito. Ahí se empezó a hablar de la posibilidad de un abuso sexual. Los motivos los desconocemos. Durante el juicio se ventiló mucha prueba que da cuenta de porque la joven da ese relato, pero no podemos exponerlo. Se ha escuchado una sola campana mediáticamente”.
Con tantos elementos que desde el principio daban cuenta de una situación que no era la misma que se terminó instalando, no hubo lugar para la revisión nunca y lo más grave es que eso terminó con la libertad de los acusados: “dentro de los 10 primeros días, hubo un sinfín de cuestiones que deberían haber alertado a los intervinientes judiciales. Así y todo las prisiones preventivas se confirmaron, las excarcelaciones extraordinarias se denegaron y estos chicos estuvieron 2 años y medio presos cuando la contundencia de la causa no era tal. Nadie les devolverá esos dos años y medio de vida. Tuvieron una condena previa al juzgamiento”.