Profesores, sindicatos y parte del arco político protestan contra la sentencia del Tribunal Supremo que impone el 25% en castellano.
Cientos de manitas de cartón verdes, como una gran marea, con la leyenda Ara i sempre escoles en català se han alzado este sábado en el centro de Barcelona exigiendo el respeto al modelo de inmersión lingüística en Cataluña y en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a los centros a impartir un mínimo del 25% de las clases en castellano. Unas 35.000 personas han participado en la manifestación, según la Guardia Urbana, convocada por la plataforma Somescola, con una amplia representación de la comunidad educativa, sindicatos y entidades como Òmnium Cultural que portaban la pancarta que encabezaba la marcha. La concentración ha empezado en la plaza Tetuán y ha concluido a las puertas del parque de la Ciutadella.
Justo detrás de la pancarta que abría la marcha, se ha situado el Govern catalán en pleno, empezando por el president, Pere Aragonès, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y una amplia representación de los partidos independentistas. A la manifestación no ha acudido el PSC -que argumentó no poder asistir por estar celebrando el consejo del partido- ni las formaciones como Ciudadanos, PP y Vox que defienden la tesis contraria: más castellano y menos catalán en las aulas.
Entre los concentrados, una gran mayoría de profesores y personal docente y pocas familias. Sí han acudido con pancarta propia profesores, padres y alumnos de la escuela de Canet de Mar Turó del Drac, la última a la que se le ha obligado a introducir el 25% de castellano. “Otra vez salimos a la calle para defender la escuela en catalán, y llevamos ya muchas manifestaciones”, ha explicado Montse, una veterana profesora de secundaria. También se han escuchado protestas contra las declaraciones del viernes de Pablo Casado, el líder del Partido Popular, que dijo que a los niños que hablaban en castellano en las escuelas de Cataluña no se les dejaba ir a los aseos. Mientras tanto, en el congreso del PSC, también en Barcelona, el ministro y secretario saliente del partido, Miquel Iceta, ha afirmado: “Queremos una sola escuela, no separar por lenguas. Que los alumnos dominen las dos lenguas, que aprendan inglés y que el catalán sea el centro de gravedad, el eje de la escuela catalana. Y quiero que toda España sepa que los niños catalanes hacen pipí”, informa Cristian Segura. Iceta ha añadido: “Si se ha producido un retroceso del catalán, que es posible, ¿no habrán tenido nada que ver los gobiernos que ha tenido Cataluña en los últimos años? Que nos lo dejen hacer a los que impulsamos la inmersión”.
Esa ha sido una de las ideas que se ha subrayado en el manifiesto que ha puesto el broche final a la marcha: el catalán está en claro retroceso y según las últimas encuestas escolares un 28% de los alumnos no utilizan nunca el catalán. “Llamamos a la movilización continua en defensa de un modelo educativo que garantiza la cohesión y la integración social”, destaca el manifiesto que subraya que la escuela catalana ha sido ejemplo de un amplio consenso social.
Antes de iniciarse la manifestación, Aragonès ha criticado la “ofensiva del nacionalismo español contra un modelo de inmersión como el catalán que garantiza la cohesión social y todo por cuatro votos fuera de Cataluña”. “Que quede claro: la escuela catalana no se toca”, añadió. En términos parecidos se expresó la presidenta del Parlament : “Ante los ataques a la lengua, defendemos la escuela en catalán y en contra de todos aquellos que la quieren tumbar”.
La Generalitat anunció el pasado jueves una “ofensiva” para responder a la obligación judicial de impartir al menos un 25% de las clases en castellano. El Gobierno autonómico evitó entrar en el detalle de las “soluciones excepcionales” que avanzó, la más cuestionada, la incorporación de un profesor adicional en las aulas que tengan que aumentar las asignaturas en castellano. El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, reiteró este viernes que las competencias de este profesor de apoyo dependerán de lo que decida cada escuela.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dictaminó en 2020 que al menos un 25% de las asignaturas debían ser en castellano en el sistema educativo catalán. La medida fue ratificada el pasado noviembre por el Tribunal Supremo. La decisión del TSJC llegó después de que se hayan producido desde 2005 cerca de 80 reclamaciones por parte de familias particulares para incrementar el aprendizaje en castellano de sus hijos.